tiempo
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43
Bendeciré al Señor en todo tiempo
Salmo 34 (33)
BENDECIRÉ AL SEÑOR EN TODO TIEMPO,
EN MI BOCA SIEMPRE SU ALABANZA;
YO ME GLORÍO EN EL SEÑOR,
¡LO ESCUCHEN LOS HUMILDES
Y SE ALEGREN!
Cantad conmigo al Señor,
cantemos juntos a su Nombre.
Porque este pobre grita, el Señor le escucha,
y le libra de todas sus angustias.
BENDECIRÉ AL SEÑOR ...
Porque el ángel del Señor acampa
en torno a aquellos que le temen
y les salva.
Gritan ellos, y el Señor les escucha
y los libra de todas sus angustias.
GUSTAD Y VED
QUÉ BUENO ES EL SEÑOR,
DICHOSO EL HOMBRE
QUE SE REFUGIA EN ÉL.
Porque muchas son las pruebas
que le esperan al Justo,
mas de todas le libra el Señor.
Gritan ellos, y el Señor les escucha
y los libra de todas sus angustias.
BENDECIRÉ AL SEÑOR ...
65
Dichoso el hombre
Salmo 1
DICHOSO EL HOMBRE
QUE NO SIGUE EL CONSEJO DE LOS IMPÍOS,
NI EN LA SENDA DE LOS PECADORES SE DETIENE
NI EN EL BANCO DE LOS BURLONES SE SIENTA.
MAS SE COMPLACE EN LA PALABRA DEL SEÑOR,
SUS SALMOS SUSURRA DÍA Y NOCHE.
Será como árbol plantado
junto a corrientes de agua,
SERÁ COMO ÁRBOL PLANTADO
JUNTO A CORRIENTES DE AGUA,
que da fruto a su tiempo,
nunca se marchitarán sus hojas;
todo lo que emprende le sale bien,
todo lo que emprende le sale bien.
¡No así los impíos, no así!
que son como la paja que se lleva el viento.
¡NO ASÍ LOS IMPÍOS, NO ASÍ!
QUE SON COMO LA PAJA
QUE SE LLEVA EL VIENTO.
No resistirán en el juicio los impíos,
ni los pecadores
en la comunidad de los santos.
Porque el Señor cuida el camino de sus fieles,
mas el camino de los impíos
acaba mal, acaba mal, acaba mal.
DICHOSO EL HOMBRE …
151
Una gran señal
Apocalipsis 12
UNA GRAN SEÑAL APARECIÓ EN EL CIELO:
UNA MUJER, UNA MUJER VESTIDA DEL SOL,
CON LA LUNA BAJO SUS PIES,
Y UNA CORONA DE DOCE ESTRELLAS;
ESTÁ ENCINTA, Y GRITA
CON LOS TORMENTOS DE DAR A LUZ.
Y apareció otra señal en el cielo:
un enorme Dragón rojo,
con siete cabezas y diez cuernos.
El Dragón se detuvo delante de la Mujer,
de la Mujer que iba a dar a luz,
para devorar a su Hijo en cuanto naciera.
Y la Mujer dio a luz un Hijo varón, aquel
que ha de regir las naciones de la tierra,
y su Hijo fue arrebatado
hasta Dios y hasta su trono.
UNA GRAN SEÑAL …
Entonces se entabló una batalla en el cielo:
Miguel y sus Ángeles combatieron
con el Dragón, con el gran Dragón.
También el Dragón y sus Ángeles
combatieron, pero no prevalecieron
y no hubo ya lugar para ellos en el cielo.
Y fue arrojado el Dragón, el gran Dragón,
la Serpiente antigua, el llamado Diablo
y Satanás, el seductor del mundo entero,
fue arrojado a la tierra y sus Ángeles con él.
UNA GRAN SEÑAL …
Cuando el Dragón vio que había sido
arrojado a la tierra, persiguió a la Mujer
que había dado a luz al Hijo varón.
Pero se le dieron a la Mujer las dos alas
del águila grande, para volar al desierto,
donde tiene que ser alimentada
un tiempo, dos tiempos y medio tiempo.
Entonces, despechado contra la Mujer,
el gran Dragón, se fue a hacer
la guerra al resto de sus hijos
los que guardan los mandamientos de Dios
y mantienen el testimonio de Jesús.
LA LA LA, LA LA, LA LA ...
170
Bendición del agua
De Liturgia Bautismal de la Vigilia Pascual
Oh Dios, que por medio
de los signos sacramentales
tú obras con invisible potencia
las maravillas de la salvación.
De muchos modos a través de los tiempos
has preparado el agua, tu criatura,
para que fuese signo del Bautismo.
Desde los orígenes, tu Espíritu,
aleteaba sobre las aguas,
para que contuviesen
la fuerza de santificar.
Y también en el Diluvio
has prefigurado el Bautismo,
para que hoy, como ayer,
el agua señalase el fin del pecado
y el inicio de la Vida Nueva.
Tú, has liberado de la esclavitud
a los hijos de Abraham
haciéndoles pasar ilesos el Mar Rojo,
para que fuesen la imagen
del futuro pueblo de bautizados.
Por fin, en la plenitud de los tiempos,
tu Hijo, bautizado en el agua del Jordán
fue consagrado por el Espíritu Santo.
LEVANTADO EN LA CRUZ,
DE SU COSTADO SALIÓ
SANGRE Y AGUA.
Y después de su resurrección
ordenó a sus discípulos:
«Id y anunciad el Evangelio
a todos los pueblos,
Y BAUTIZADLOS
EN EL NOMBRE DEL PADRE,
Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO.»
Ahora, ahora Padre
mira con amor a tu Iglesia
y haz brotar para ella
la fuente del Bautismo.
Infunde en esta agua,
por obra del Espíritu Santo,
la gracia de tu Único Hijo,
para que por el Sacramento del Bautismo,
el hombre, hecho a tu imagen,
sea lavado de todos sus pecados,
y del agua y del Espíritu Santo
renazca como nueva criatura.
Descienda Padre
en esta agua,
por obra de tu Hijo,
la potencia del Espíritu Santo.
Para que todos aquellos que hoy reciban
el Bautismo, sean sepultados con Cristo.
¡Y MUERTOS CON ÉL,
RESURJAN,
RESUCITEN
A LA VIDA INMORTAL!
Por Cristo, Nuestro Señor.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
184
Plegaria Eucarística II - Modelo I (doxología alternativa)
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia
extendida por toda la tierra;
y con el Papa …, con nuestro obispo …
y de todos los que en ella cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros hermanos
que durmieron en la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto
en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
San José su santo esposo, los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
185
Plegaria Eucarística II - Modelo II
Modelo II (1987)
El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO
HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO.
Verdaderamente
es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias, siempre y en todo lugar.
A ti, Padre Santo, por Jesucristo,
tu amadísimo Hijo.
Por él, que es tu Palabra viviente,
hiciste todas las cosas;
tú nos lo enviaste Salvador y Redentor
hecho hombre por obra del Espíritu Santo,
y nacido de la Virgen María,
para cumplir tu voluntad
y adquirir para ti un pueblo santo,
Él extendió sus brazos en la cruz,
muriendo destruyó la muerte.
Y proclamó
la resurrección.
Y PROCLAMÓ
LA RESURRECCIÓN.
Por este misterio de salvación,
unidos a los ángeles y a los santos
cantamos a una sola voz
el himno de tu gloria:
SANTO, SANTO, SANTO ...
Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad:
santifica estos dones
con la efusión de tu Espíritu,
de manera que sean para nosotros
Cuerpo y Sangre de Jesucristo,
Nuestro Señor.
El cual, cuando iba a ser entregado
a su Pasión, voluntariamente aceptada,
tomó pan, dándote gracias,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz, y dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Este es el sacramento de nuestra fe.
ANUNCIAMOS TU MUERTE, SEÑOR,
PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN,
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
Así, pues, Padre, al celebrar ahora
el memorial de la muerte
y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida
y el cáliz de salvación,
y te damos gracias porque nos haces dignos
de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia
extendida por toda la tierra;
y con el Papa …,
con nuestro obispo …
y de todos los que en ella cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros hermanos
que durmieron en la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto
en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
San José su santo esposo, los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
188
Plegaria Eucarística IV
(1988)
El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO
HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO,
ES JUSTO Y NECESARIO.
Realmente es justo darte gracias,
y deber nuestro glorificarte, Padre Santo,
porque tú eres el único Dios vivo y verdadero
que existes desde siempre y vives
para siempre; luz sobre toda luz.
Porque tú solo eres bueno y fuente de vida,
hiciste todas las cosas,
para colmarlas de tus bendiciones
y alegrar su multitud
con la claridad de tu gloria.
Por eso, innumerables ángeles en tu presencia,
contemplando la gloria de tu rostro,
te sirven siempre y te glorifican sin cesar.
Y con ellos también nosotros, llenos de alegría,
y por nuestra voz las demás criaturas,
aclamamos tu nombre cantando:
SANTO, SANTO, SANTO ...
Te alabamos, Padre Santo, porque eres grande,
porque hiciste todas las cosas
con sabiduría y amor.
A imagen tuya creaste al hombre
y le encomendaste el universo entero,
para que, sirviéndote a ti, su creador,
dominara todo lo creado.
Y cuando por desobediencia perdió tu amistad,
no lo abandonaste al poder de la muerte
sino que, compadecido,
tendiste la mano a todos,
para que te encuentre el que te busca.
Reiteraste, tu alianza a los hombres;
por los profetas los fuiste llevando
con la esperanza de la salvación.
Padre Santo, tanto amaste al mundo
que, al cumplirse la plenitud de los tiempos,
nos enviaste como salvador a tu único Hijo.
El cual se encarnó por obra del Espíritu Santo,
nació de María la Virgen,
y así compartió en todo,
nuestra condición humana,
menos en el pecado;
anunció la salvación a los pobres,
la liberación a los oprimidos
y a los afligidos el consuelo.
Para cumplir tus designios,
él mismo se entregó a la muerte
y, resucitando, destruyó la muerte.
RESUCITANDO,
DESTRUYÓ LA MUERTE
Y NOS DIO NUEVA VIDA.
Y para que no vivamos ya
para nosotros mismos, sino para él,
que por nosotros murió y resucitó,
envió, Padre, desde tu seno el Espíritu Santo
como primicia para los creyentes,
a fin de santificar todas las cosas
llevando a plenitud tu obra en el mundo.
Y este mismo Espíritu santifique, Señor,
estas ofrendas, para que sean Cuerpo
y Sangre de Jesucristo, Nuestro Señor,
y así celebremos el gran misterio
que nos dejó, como alianza eterna.
Porque él mismo llegada la hora en que había
de ser glorificado por ti, Padre Santo,
habiendo amado a los suyos que estaban
en el mundo, los amó hasta el extremo.
Y, mientras cenaba con sus discípulos,
tomó pan, te bendijo,
lo partió y se lo dio, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, tomó el cáliz
lleno del fruto de la vid y te dio gracias,
lo pasó a sus discípulos diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
porque este es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres,
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Este es el sacramento de nuestra Fe.
ANUNCIAMOS TU MUERTE, SEÑOR,
PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN,
¡VEN SEÑOR JESÚS!
Por eso, nosotros, Señor, al celebrar ahora
el memorial de nuestra redención,
recordamos la muerte de Cristo,
y su descenso al lugar de los muertos,
proclamamos su resurrección
y ascensión a tu derecha;
y mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos su Cuerpo y su Sangre,
sacrificio agradable a ti
y salvación para todo el mundo.
Dirige tu mirada sobre esta víctima
que tú mismo has preparado a tu Iglesia,
y concede a cuantos compartimos
este pan y este cáliz,
que congregados en un solo cuerpo,
por el Espíritu Santo,
seamos en Cristo, víctima para tu alabanza.
ALABANZA DE TU GLORIA.
ALABANZA DE TU GLORIA.
Acuérdate, Señor, de todos aquellos
por quienes ofreciste este sacrificio;
de tu servidor el Papa ...
de nuestro obispo ..., del orden episcopal
de todo el clero, de cuantos aquí reunidos
hacemos esta oblación,
de todo tu pueblo santo
y de aquellos que te buscan
con sincero corazón.
Acuérdate también de los que
murieron en la Paz de Cristo
y de todos los difuntos
cuya fe solo tú conociste.
Padre, misericordioso,
que todos tus hijos nos reunamos
en la heredad de tu reino.
con María, la Virgen Madre de Dios,
y con los apóstoles y los santos;
y allí, junto con toda la creación,
libre ya de pecado y de muerte,
te glorifiquemos por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo
todos los bienes.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti Dios Padre omnipotente
en la unidad del Espíritu Santo
todo honor y gloria,
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN, AMÉN.
206
Bendito sea Dios
Efesios 1,3-13
BENDITO SEA DIOS
Y PADRE DE JESUCRISTO.
Que nos ha bendecido
con toda clase de amor;
y nos ha elegido antes de la creación,
para ser santos e inmaculados en el amor.
PARA SER ALABANZA DE SU GLORIA,
DE LA GLORIA DE SU GRACIA,
DE LA GRACIA DE SU AMOR,
CON LA QUE NOS AMÓ EN JESUCRISTO.
BENDITO SEA DIOS …
En él tenemos la redención,
el perdón de los pecados,
según la riqueza de su amor,
para que en la plenitud de los tiempos
Cristo sea todo en todos.
PARA SER ALABANZA …
BENDITO SEA DIOS …
En él también nosotros,
tras haber escuchado
la Palabra de la verdad,
la Buena Nueva
de nuestra salvación,
fuimos sellados
con el Espíritu Santo,
garantía de nuestra resurrección.
PARA SER ALABANZA …
207
Como el impulso que siente la ira
Oda VII de Salomón
Como el impulso que siente la ira
hacia el enemigo,
como el impulso que siente el amor
hacia el amado,
así siento yo un impulso hacia ti,
tú, el inmortal, la plenitud de los tiempos.
TÚ ERES EL CAMINO,
¡CÓMO ES MARAVILLOSO!
TÚ ERES EL CAMINO, TÚ ERES EL AMOR.
TÚ ERES EL CAMINO, TÚ ERES LA VIDA.
TÚ ERES EL CAMINO, TÚ ERES LA VERDAD.
TÚ ERES EL CAMINO, TÚ ERES LA VERDAD,
TÚ ERES LA VIDA.
Te has entregado a mí
sin ninguna reserva,
lleno de suavidad
hiciste pequeña tu grandeza.
Te hiciste pecado por mí
lleno de misericordia,
para que mis pecados
no me apartasen de ti.
TÚ ERES EL CAMINO …
Te hiciste como yo
para que te recibiera,
en el aspecto como yo
para que de ti me revistiera.
Y así no tuviera miedo al encontrarte
a ti, el inmortal,
la plenitud de los tiempos.
TÚ ERES EL CAMINO …
226
Señor, Tú me escrutas y conoces
Salmo 139 (138)
Señor, tú me escrutas y conoces;
tú sabes cuando me acuesto y me levanto,
sondeas mis pensamientos desde lejos;
te son familiares todas mis sendas.
Que no está aún en mi lengua la palabra,
y ya tú, Señor, te la sabes toda;
me acosas por detrás,
me atacas por delante,
y al mismo tiempo
tienes puesta sobre mí tu mano.
Y esto es ciencia misteriosa para mí,
ciencia que no llego a comprender,
ciencia tan alta, que yo no la entiendo.
¿A DÓNDE IRÉ YO LEJOS DE TU ESPÍRITU,
A DÓNDE DE TU ROSTRO ESCAPARÉ?
SI SUBO HASTA EL CIELO, ALLÍ ESTÁS TÚ,
SI DESCIENDO HASTA LA MUERTE,
ALLÍ TE ENCUENTRO.
ME ACOSAS POR DETRÁS,
ME ATACAS POR DELANTE,
Y AL MISMO TIEMPO
TIENES PUESTA SOBRE MÍ TU MANO.
Y ESTO ES CIENCIA MISTERIOSA PARA MÍ,
CIENCIA QUE NO LLEGO A COMPRENDER,
CIENCIA TAN ALTA,
QUE YO NO LA ENTIENDO.
Señor, tú me escrutas y conoces,
sondeas y pruebas mi corazón;
para que no siga un camino de doblez,
para que no me aparte nunca
de tu camino.
248
La voz de mi amado
Cantar de los Cantares 2,8-17
¡La voz de mi amado!
Helo aquí que viene,
saltando por los montes,
brincando por los collados.
Semejante es mi amado a una gacela,
o a un joven cervatillo,
semejante es mi amado a una gacela.
Vedle que ya se para
detrás de nuestra cerca,
mira por la ventana, atisba por la reja.
Empieza a hablar mi amado y me dice:
¡LEVÁNTATE, AMADA MÍA,
LEVÁNTATE,
HERMOSA MÍA, Y VENTE!
Porque, mira, ha pasado ya el invierno,
han cesado las lluvias y se han ido.
Aparecen las flores en la tierra,
el tiempo de las canciones ha llegado,
se oye el arrullo de la tórtola.
Echa la higuera sus yemas
y la viña exhala su fragancia.
¡LEVÁNTATE, AMADA MÍA …
Paloma mía, que vives en las grietas de la roca,
en escarpados escondrijos,
déjame oír tu voz, déjame oír tu voz.
Cazadnos las raposas, las pequeñas raposas
que devastan nuestra viña,
porque nuestra viña está ya en flor,
PORQUE NUESTRA VIÑA ESTÁ YA EN FLOR.
Mi amado es para mí,
y yo soy para mi amado.
Antes que sople la brisa
y se alarguen las sombras con la muerte,
RETORNA, RETORNA, RETORNA.
¡LEVÁNTATE, AMADA MÍA …