rostro
Aparece 25 veces en 17 canto(s)
29
Al despertar
Salmo 17 (16)
AL DESPERTAR
ME SACIARÉ DE TU SEMBLANTE, SEÑOR.
AL DESPERTAR
ME SACIARÉ DE TU SEMBLANTE, SEÑOR.
Escucha, Señor, mi oración,
atiende, Señor, a mi clamor,
presta oídos a mi súplica,
que mis labios no traicionan, Señor.
Salga de ti la sentencia,
porque tus ojos ven, tus ojos ven mi rectitud.
AL DESPERTAR …
Sondea, Señor, mi corazón,
escrútalo de noche, Señor;
pruébame al crisol, pruébame al crisol
porque tú sabes que no hay malicia en mí;
que mi boca no miente como hacen los hombres.
Que he guardado tu Palabra,
que no he seguido los caminos del violento,
que a tus huellas he ajustado mis pasos,
que no vacilaré, que no vacilaré.
AL DESPERTAR …
A ti yo te invoco, Señor;
concédeme, Señor, una respuesta;
muéstrame los prodigios de tu amor,
porque tú salvas al que se apoya en ti,
porque tú ayudas
al que se refugia a tu derecha.
Como a la niña de tus ojos guárdame,
a la sombra de tus alas escóndeme,
mira que quieren matarme.
AL DESPERTAR …
Míralos, están cerrados en su orgullo,
hablan, la arrogancia está en su boca.
Avanzan contra mí, avanzan contra mí.
¡Ayúdame tú, Señor,
líbrame de los hombres de este mundo,
de los hombres cuyo premio es esta vida!
¡Cólmalos de tus bienes, Señor,
llénales el vientre y que sus hijos se sacien!
Que yo al despertar, que yo por tu amor
me saciaré de tu rostro Señor.
AL DESPERTAR …
35
Alzaos puertas
Salmo 24 (23)
Del Señor es la tierra,
DEL SEÑOR ES LA TIERRA,
y todo aquello que contiene,
Y TODO AQUELLO QUE CONTIENE,
el orbe y sus habitantes.
¡ALZAOS PUERTAS.
ALZAD LOS DINTELES,
PUERTAS ETERNAS,
DEBE ENTRAR EL REY
DE LA GLORIA, DE LA GLORIA!
¿Quién es ese Rey de la gloria?
¿QUIÉN ES ESE REY DE LA GLORIA?
El Señor, el fuerte, el valiente,
EL SEÑOR, EL FUERTE, EL VALIENTE,
el Señor valiente en la batalla,
VALIENTE EN LA BATALLA.
El Señor de los ejércitos.
EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS.
Él es el Rey de la gloria,
EL REY DE LA GLORIA.
¡ALZAOS PUERTAS …
¿Quién subirá al monte del Señor?
¿QUIÉN SUBIRÁ AL MONTE DEL SEÑOR?
El de manos inocentes y puro corazón,
EL DE MANOS INOCENTES
y puro corazón,
el que no conduce su vida por vanidad,
POR VANIDAD.
Y nosotros somos su Iglesia,
Y NOSOTROS SOMOS SU IGLESIA,
que hoy viene a tu presencia,
QUE HOY VIENE A TU PRESENCIA;
que busca tu rostro, oh Dios de Jacob,
OH DIOS DE JACOB.
¡ALZAOS PUERTAS …
54
Como la cierva
Salmo 42-43 (41-42)
Como la cierva anhela, las corrientes de agua,
así mi alma, te anhela a ti, Dios mío.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿cuándo podré ver el rostro de Dios?
Mis lágrimas son mi pan, noche y día,
mientras mis enemigos me dicen todo el día:
¿Dónde está tu Dios? ¿Dónde está tu Dios?
¿Dónde está tu Dios?
Y cuando yo recuerdo,
el alma se me llena de tristeza,
cómo marchaba en medio
de un pueblo en fiesta.
¿Por qué te abates, alma mía,
por qué tú gimes dentro de mí?
ESPERA EN DIOS, ESPERA EN DIOS:
QUE VOLVERÁS A ALABARLO.
¡Porque él, él es tu salvación,
él es tu Dios, él es tu Dios!
ESPERA EN DIOS, ESPERA EN DIOS,
ESPERA EN DIOS, ESPERA EN DIOS:
QUE VOLVERÁS A ALABARLO.
Cuántas veces le he dicho a mi roca:
¿Por qué me has abandonado?
¿Por qué camino triste
oprimido por mis enemigos?
Se me rompen los huesos
de escuchar todo el día:
¿Dónde está tu Dios? ¿Dónde está ese Dios?
Señor, envíame tu luz y tu verdad,
que ellas me guíen, hasta tu monte santo.
Entonces podré cantar
un canto de alegría con mi guitarra.
¿Por qué te abates, alma mía, …
ESPERA EN DIOS …
¡Porque él, él es tu salvación ...
ESPERA EN DIOS …
70
Elí, Elí, lamá sabactaní
Salmo 22 (21)
ELÍ, ELÍ, LAMÁ SABACTANÍ.
DIOS MÍO, DIOS MÍO:
¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
¡Qué lejos te siento de mis gritos!
De día clamo, y no respondes,
grito de noche, y no hay reposo para mí.
ELÍ, ELÍ, LAMÁ SABACTANÍ …
¡Mas tú eres el Santo,
tú que vives en medio de mi pueblo!
A ti clamaron nuestros padres,
y tú les ayudaste,
en ti confiaron, y nunca quedaron confundidos.
Entonces, Dios, ¿por qué no me ayudas?
¿Acaso no soy un hombre?
Eso soy yo: soy un gusano,
desprecio de la gente, asco del pueblo,
todos los que me ven de mí se ríen,
menean la cabeza y dicen:
«Se confió a Dios, ¡que él lo libre,
que él le salve, si tanto dice que le ama!»
Sí, que tú me amas, sí, que tú me quieres,
en el seno de mi madre me formaste;
cuando me dio a luz ya me ofreció a ti,
desde el vientre tú ya eras mi Dios.
ELÍ, ELÍ, LAMÁ SABACTANÍ …
Soy agua sucia que se tira,
todos mis huesos se dislocan,
mi corazón como cera
se derrite en mis entrañas.
Mi paladar está seco como teja,
y mi lengua está pegada a la garganta.
ELÍ, ELÍ, LAMÁ SABACTANÍ …
Perros innumerables me rodean,
una banda de malhechores me acomete,
taladran mis manos y mis pies.
Se pueden contar mis huesos;
me observan y me miran, se reparten
mis vestidos, se sortean mi túnica.
¡Mas tú, Dios mío, no estés lejos,
ven en mi ayuda, fuerza mía,
libra mi alma de la espada,
libra mi vida de las fauces del león,
libra mi alma de los cuernos de los búfalos!
¡Anunciaré, yo, tu nombre a mis hermanos,
en medio de la asamblea te cantaré!:
«Los que a Yahveh amáis, dadle alabanza,
raza de Jacob, glorificad a Yahveh,
temedle, pueblo de Israel.»
Porque ha sido el Único
que no has tenido asco de este pobre
ni has desdeñado la miseria de mi vida;
no me ha ocultado su rostro cuando le invocaba.
Por eso, yo ahora sé que los pobres vivirán,
los pobres comerán, serán saciados,
los que buscan a Yahveh lo encontrarán:
¡su corazón, su corazón, vivirá para siempre!
73
Escóndeme en lo oculto de tu tienda
Salmo 27 (26)
ESCÓNDEME
EN LO OCULTO DE TU TIENDA,
SOBRE TU ROCA LEVÁNTAME.
Yahveh es mi luz y mi salvación,
¿a quién he de temer?
Yahveh es el refugio de mi vida,
¿por quién he de temblar?
ESCÓNDEME ...
Cuando se acercan contra mí los malvados
a devorar mi carne,
son ellos, mis adversarios y enemigos,
los que tropiezan y sucumben.
ESCÓNDEME ...
Aunque acampe un ejército contra mí,
mi corazón no teme;
aunque estalle una guerra contra mí,
estoy seguro en ella.
ESCÓNDEME ...
Una cosa he pedido a Yahveh,
eso solo estoy buscando:
habitar en la Casa del Yahveh,
todos los días de mi vida.
ESCÓNDEME ...
Él me dará cobijo en su cabaña
el día de la desdicha;
me esconderá en lo oculto de su tienda,
sobre su roca me levantará.
ESCÓNDEME ...
Escucha, Yahveh, mi voz que clama,
¡tenme piedad, respóndeme!
Sí, Yahveh, tu rostro busco:
no me ocultes tu rostro.
ESCÓNDEME ...
83
Hasta cuándo
Salmo 13 (12)
¿Hasta cuándo,
por fin te acordarás, Yahveh, de mí,
y tu rostro a mí lo volverás?
CANTARÉ A YAHVEH,
CANTARÉ AL QUE ES MI REDENTOR.
¡Mírame, respóndeme,
Yahveh, amor de mí!
¡Alumbra mis ojos,
no me duerma yo en la muerte!
CANTARÉ A YAHVEH …
¡Que no puedan
decir mis enemigos: «¡Le vencí!»,
mis enemigos
se alegrarán si yo cayera!
CANTARÉ A YAHVEH …
Pero yo espero en tu piedad;
y mi corazón
se alegrará en tu salvación.
CANTARÉ A YAHVEH …
110
Misericordia mía, misericordia
Salmo 51 (50) “Miserere”
Misericordia mía, Misericordia.
MISERICORDIA MÍA, MISERICORDIA.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
POR TU INMENSA COMPASIÓN
BORRA MI CULPA;
lava del todo mi delito,
LIMPIA MI PECADO.
MISERICORDIA MÍA, MISERICORDIA ...
Pues yo reconozco mi culpa,
TENGO SIEMPRE PRESENTE MI PECADO:
contra ti, contra ti sólo pequé,
COMETÍ LA MALDAD QUE ABORRECES.
En la sentencia tendrás razón,
EN EL JUICIO RESULTARÁS INOCENTE.
Mira, que en la culpa nací,
PECADOR ME CONCIBIÓ MI MADRE.
Te gusta un corazón sincero,
Y EN MI INTERIOR ME INCULCAS SABIDURÍA.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
LÁVAME: QUEDARÉ
MÁS BLANCO QUE LA NIEVE.
Hazme oír el gozo y la alegría,
QUE SE ALEGREN
LOS HUESOS QUEBRANTADOS.
Aparta de mi pecado tu vista,
BORRA EN MÍ TODA CULPA.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
RENUÉVAME POR DENTRO
CON ESPÍRITU FIRME;
no me arrojes lejos de tu rostro,
NO ME QUITES TU SANTO ESPÍRITU.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
AFIÁNZAME CON ESPÍRITU GENEROSO;
enseñaré a los malvados tus caminos,
LOS PECADORES VOLVERÁN A TI.
Líbrame de la sangre,
oh Dios, Dios Salvador mío,
Y CANTARÁ MI LENGUA TU JUSTICIA.
Señor, me abrirás los labios,
Y MI BOCA PROCLAMARÁ TU ALABANZA.
Los sacrificios no te satisfacen:
SI TE OFRECIERA UN HOLOCAUSTO,
TÚ NO LO QUERRÍAS.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
UN CORAZÓN QUEBRANTADO Y
HUMILLADO, TÚ NO LO DESPRECIAS.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
RECONSTRUYE
LAS MURALLAS DE JERUSALÉN:
Entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
SOBRE TU ALTAR
SE INMOLARÁN NOVILLOS.
MISERICORDIA MÍA, MISERICORDIA …
162
Yahveh, tú eres mi Dios
Isaías 25
YAHVEH, TÚ ERES MI DIOS,
YO TE ENSALZARÉ.
Y alabaré tu nombre,
alabaré tu nombre,
alabaré tu nombre.
YAHVEH, TÚ ERES MI DIOS …
Destruirás la muerte para siempre.
Y enjugarás las lágrimas
de todos los rostros, de todos los rostros.
YAHVEH, TÚ ERES MI DIOS …
Ya se acercan los pasos de los pobres,
los pies de los humildes,
los pies de los humildes, el resto de Jacob.
YAHVEH, TÚ ERES MI DIOS …
184
Plegaria Eucarística II - Modelo I (doxología alternativa)
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia
extendida por toda la tierra;
y con el Papa …, con nuestro obispo …
y de todos los que en ella cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros hermanos
que durmieron en la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto
en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
San José su santo esposo, los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
185
Plegaria Eucarística II - Modelo II
Modelo II (1987)
El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO
HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO.
Verdaderamente
es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias, siempre y en todo lugar.
A ti, Padre Santo, por Jesucristo,
tu amadísimo Hijo.
Por él, que es tu Palabra viviente,
hiciste todas las cosas;
tú nos lo enviaste Salvador y Redentor
hecho hombre por obra del Espíritu Santo,
y nacido de la Virgen María,
para cumplir tu voluntad
y adquirir para ti un pueblo santo,
Él extendió sus brazos en la cruz,
muriendo destruyó la muerte.
Y proclamó
la resurrección.
Y PROCLAMÓ
LA RESURRECCIÓN.
Por este misterio de salvación,
unidos a los ángeles y a los santos
cantamos a una sola voz
el himno de tu gloria:
SANTO, SANTO, SANTO ...
Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad:
santifica estos dones
con la efusión de tu Espíritu,
de manera que sean para nosotros
Cuerpo y Sangre de Jesucristo,
Nuestro Señor.
El cual, cuando iba a ser entregado
a su Pasión, voluntariamente aceptada,
tomó pan, dándote gracias,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz, y dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Este es el sacramento de nuestra fe.
ANUNCIAMOS TU MUERTE, SEÑOR,
PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN,
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
Así, pues, Padre, al celebrar ahora
el memorial de la muerte
y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida
y el cáliz de salvación,
y te damos gracias porque nos haces dignos
de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia
extendida por toda la tierra;
y con el Papa …,
con nuestro obispo …
y de todos los que en ella cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros hermanos
que durmieron en la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto
en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
San José su santo esposo, los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
188
Plegaria Eucarística IV
(1988)
El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO
HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO,
ES JUSTO Y NECESARIO.
Realmente es justo darte gracias,
y deber nuestro glorificarte, Padre Santo,
porque tú eres el único Dios vivo y verdadero
que existes desde siempre y vives
para siempre; luz sobre toda luz.
Porque tú solo eres bueno y fuente de vida,
hiciste todas las cosas,
para colmarlas de tus bendiciones
y alegrar su multitud
con la claridad de tu gloria.
Por eso, innumerables ángeles en tu presencia,
contemplando la gloria de tu rostro,
te sirven siempre y te glorifican sin cesar.
Y con ellos también nosotros, llenos de alegría,
y por nuestra voz las demás criaturas,
aclamamos tu nombre cantando:
SANTO, SANTO, SANTO ...
Te alabamos, Padre Santo, porque eres grande,
porque hiciste todas las cosas
con sabiduría y amor.
A imagen tuya creaste al hombre
y le encomendaste el universo entero,
para que, sirviéndote a ti, su creador,
dominara todo lo creado.
Y cuando por desobediencia perdió tu amistad,
no lo abandonaste al poder de la muerte
sino que, compadecido,
tendiste la mano a todos,
para que te encuentre el que te busca.
Reiteraste, tu alianza a los hombres;
por los profetas los fuiste llevando
con la esperanza de la salvación.
Padre Santo, tanto amaste al mundo
que, al cumplirse la plenitud de los tiempos,
nos enviaste como salvador a tu único Hijo.
El cual se encarnó por obra del Espíritu Santo,
nació de María la Virgen,
y así compartió en todo,
nuestra condición humana,
menos en el pecado;
anunció la salvación a los pobres,
la liberación a los oprimidos
y a los afligidos el consuelo.
Para cumplir tus designios,
él mismo se entregó a la muerte
y, resucitando, destruyó la muerte.
RESUCITANDO,
DESTRUYÓ LA MUERTE
Y NOS DIO NUEVA VIDA.
Y para que no vivamos ya
para nosotros mismos, sino para él,
que por nosotros murió y resucitó,
envió, Padre, desde tu seno el Espíritu Santo
como primicia para los creyentes,
a fin de santificar todas las cosas
llevando a plenitud tu obra en el mundo.
Y este mismo Espíritu santifique, Señor,
estas ofrendas, para que sean Cuerpo
y Sangre de Jesucristo, Nuestro Señor,
y así celebremos el gran misterio
que nos dejó, como alianza eterna.
Porque él mismo llegada la hora en que había
de ser glorificado por ti, Padre Santo,
habiendo amado a los suyos que estaban
en el mundo, los amó hasta el extremo.
Y, mientras cenaba con sus discípulos,
tomó pan, te bendijo,
lo partió y se lo dio, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, tomó el cáliz
lleno del fruto de la vid y te dio gracias,
lo pasó a sus discípulos diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
porque este es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres,
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Este es el sacramento de nuestra Fe.
ANUNCIAMOS TU MUERTE, SEÑOR,
PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN,
¡VEN SEÑOR JESÚS!
Por eso, nosotros, Señor, al celebrar ahora
el memorial de nuestra redención,
recordamos la muerte de Cristo,
y su descenso al lugar de los muertos,
proclamamos su resurrección
y ascensión a tu derecha;
y mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos su Cuerpo y su Sangre,
sacrificio agradable a ti
y salvación para todo el mundo.
Dirige tu mirada sobre esta víctima
que tú mismo has preparado a tu Iglesia,
y concede a cuantos compartimos
este pan y este cáliz,
que congregados en un solo cuerpo,
por el Espíritu Santo,
seamos en Cristo, víctima para tu alabanza.
ALABANZA DE TU GLORIA.
ALABANZA DE TU GLORIA.
Acuérdate, Señor, de todos aquellos
por quienes ofreciste este sacrificio;
de tu servidor el Papa ...
de nuestro obispo ..., del orden episcopal
de todo el clero, de cuantos aquí reunidos
hacemos esta oblación,
de todo tu pueblo santo
y de aquellos que te buscan
con sincero corazón.
Acuérdate también de los que
murieron en la Paz de Cristo
y de todos los difuntos
cuya fe solo tú conociste.
Padre, misericordioso,
que todos tus hijos nos reunamos
en la heredad de tu reino.
con María, la Virgen Madre de Dios,
y con los apóstoles y los santos;
y allí, junto con toda la creación,
libre ya de pecado y de muerte,
te glorifiquemos por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo
todos los bienes.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti Dios Padre omnipotente
en la unidad del Espíritu Santo
todo honor y gloria,
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN, AMÉN.
212
El mismo Dios
2ª Corintios 4,6-12
El mismo Dios que dijo:
“De las tinieblas brille la luz”,
es el mismo que ha hecho brillar la luz
en nuestros corazones,
para irradiar el conocimiento de su gloria,
que está en el rostro de Cristo.
QUE ESTÁ EN EL ROSTRO DE CRISTO.
PERO LLEVAMOS ESTE TESORO
EN VASOS DE BARRO.
Para que se manifieste
que lo sublime de este amor
viene de Dios, viene de Dios
y que no viene de nosotros.
LLEVANDO SIEMPRE
EN NUESTRO CUERPO
EL MORIR DE JESÚS,
PARA QUE SE MANIFIESTE
EN NUESTRO CUERPO
QUE ESTÁ RESUCITADO.
Atribulados en todo, mas no desesperados;
perseguidos, mas nunca abandonados;
derribados, mas no aniquilados.
LLEVANDO SIEMPRE …
Y MIENTRAS NOSOTROS MORIMOS
EL MUNDO RECIBE LA VIDA.
LLEVANDO SIEMPRE …
214
El Señor me ha dado
Tercer canto del Siervo de Yahveh – Isaías 50,4-10
El Señor me ha dado lengua de discípulo,
para que pueda llevar al cansado
una palabra alentadora.
Mañana tras mañana despiertas tú mi oído,
para hacerme escuchar como un discípulo.
EL SEÑOR, EL SEÑOR,
EL SEÑOR ME HA ABIERTO EL OÍDO.
EL SEÑOR, EL SEÑOR,
EL SEÑOR ME HA ABIERTO EL OÍDO.
Y yo no me resistí, no me resistí.
Ofrecí mis espaldas a los que me pegaban.
Y YO NO ME RESISTÍ, NO ME RESISTÍ.
Ofrecí mis mejillas
a los que mesaban mi barba.
Y YO NO ME RESISTÍ, NO ME RESISTÍ.
Mi rostro no esquivó insultos ni salivazos.
Porque yo ya sabía
que tú habrías de ayudarme,
por eso puse mi cara
dura como la piedra,
estaba yo seguro
que no quedaría avergonzado.
CERCA ESTÁS, CERCA ESTÁS TÚ,
SI TÚ SALVAS: ¿QUIÉN PELEARÁ CONMIGO?
SI TÚ AYUDAS, SI TÚ ME AYUDAS,
SI TÚ SALVAS: ¿QUIÉN ME CONDENARÁ?
Vosotros que teméis a Dios,
escuchad la voz de su siervo.
Y si alguno se encuentra en las tinieblas
ponga su confianza en él,
que se apoye en su Nombre.
CERCA ESTÁS, CERCA ESTÁS TÚ …
218
He aquí que nuestro espejo es el Señor
Oda XIII de Salomón
He aquí que nuestro espejo es el Señor,
abrid vuestros ojos y miraos en él
y aprended como es vuestra imagen.
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
Aleluya, aleluya, aleluya.
DAD GLORIA A SU ESPÍRITU,
DAD GLORIA A SU ESPÍRITU.
Y limpiad la inmundicia de vuestro rostro,
amad su santidad y revestíos
y seréis inmaculados siempre delante de él.
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
Aleluya, aleluya, aleluya.
DAD GLORIA A SU ESPÍRITU,
DAD GLORIA A SU ESPÍRITU,
DAD GLORIA A SU ESPÍRITU.
223
No hay en Él parecer (Cuarto canto del Siervo de Yahveh)
Cuarto canto del Siervo de Yahveh - Isaías 53,2ss
No hay en él parecer;
no hay hermosura
que atraiga las miradas;
no hay en él belleza que agrade.
Despreciado, desecho de los hombres,
varón de dolores,
conocedor de todos los quebrantos.
ANTE QUIEN SE VUELVE EL ROSTRO,
ANTE QUIEN SE VUELVE EL ROSTRO,
ANTE QUIEN SE VUELVE EL ROSTRO,
ANTE QUIEN SE VUELVE EL ROSTRO.
Menospreciado, estimado en nada.
Despreciado, desecho de los hombres,
varón de dolores,
conocedor de todos los quebrantos.
ANTE QUIEN SE VUELVE EL ROSTRO …
¡Pero fue Él el que cargó con los pecados!
¡Pero fue Él el que cargó con los dolores!
TODOS NOSOTROS
ANDÁBAMOS ERRANTES.
MALTRATADO MAS ÉL SE SOMETIÓ,
NO ABRIÓ LA BOCA.
COMO CORDERO
LLEVADO AL MATADERO.
ANTE QUIEN SE VUELVE EL ROSTRO …
¡Maltratado!
¡Maltratado!
¡Maltratado!
226
Señor, Tú me escrutas y conoces
Salmo 139 (138)
Señor, tú me escrutas y conoces;
tú sabes cuando me acuesto y me levanto,
sondeas mis pensamientos desde lejos;
te son familiares todas mis sendas.
Que no está aún en mi lengua la palabra,
y ya tú, Señor, te la sabes toda;
me acosas por detrás,
me atacas por delante,
y al mismo tiempo
tienes puesta sobre mí tu mano.
Y esto es ciencia misteriosa para mí,
ciencia que no llego a comprender,
ciencia tan alta, que yo no la entiendo.
¿A DÓNDE IRÉ YO LEJOS DE TU ESPÍRITU,
A DÓNDE DE TU ROSTRO ESCAPARÉ?
SI SUBO HASTA EL CIELO, ALLÍ ESTÁS TÚ,
SI DESCIENDO HASTA LA MUERTE,
ALLÍ TE ENCUENTRO.
ME ACOSAS POR DETRÁS,
ME ATACAS POR DELANTE,
Y AL MISMO TIEMPO
TIENES PUESTA SOBRE MÍ TU MANO.
Y ESTO ES CIENCIA MISTERIOSA PARA MÍ,
CIENCIA QUE NO LLEGO A COMPRENDER,
CIENCIA TAN ALTA,
QUE YO NO LA ENTIENDO.
Señor, tú me escrutas y conoces,
sondeas y pruebas mi corazón;
para que no siga un camino de doblez,
para que no me aparte nunca
de tu camino.
235
Como destila la miel
Oda XL de Salomón
COMO DESTILA LA MIEL
EL PANAL DE LAS ABEJAS
Y FLUYE LA LECHE
EN LA MUJER QUE AMA A SUS HIJOS;
COMO MANAN DE LA FUENTE
LAS TRANQUILAS AGUAS
ASÍ MI CORAZÓN
DERRAMA SU ALABANZA.
Y de mis labios brota
un nuevo canto hacia el Señor;
y mi lengua siente
la dulzura de su nombre;
y mi cuerpo se deleita
con sus canciones.
Porque su luz serena
apacigua todos mis males;
porque su mirada simple de amor
cura mi corazón.
PORQUE LA VIDA INMORTAL
HA PUESTO SU TIENDA
DENTRO DE NOSOTROS.
AALELUYA, AALELUYA,
AAALELUU, ALELÚ, ALELUYA.
AALELUYA, AALELUYA,
AAALELUU, ALELÚ, ALELUYA.
COMO DESTILA LA MIEL
Y mi rostro se ilumina con su alegría;
y mi espíritu se goza en sus amores;
mi corazón, lleno de su luz,
siente su mirada amorosa.
Porque el temor en él se confía;
porque la salvación en él es segura.
PORQUE LA VIDA INMORTAL …
COMO DESTILA LA MIEL …