lágrima
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54
Como la cierva
Salmo 42-43 (41-42)
Como la cierva anhela, las corrientes de agua,
así mi alma, te anhela a ti, Dios mío.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿cuándo podré ver el rostro de Dios?
Mis lágrimas son mi pan, noche y día,
mientras mis enemigos me dicen todo el día:
¿Dónde está tu Dios? ¿Dónde está tu Dios?
¿Dónde está tu Dios?
Y cuando yo recuerdo,
el alma se me llena de tristeza,
cómo marchaba en medio
de un pueblo en fiesta.
¿Por qué te abates, alma mía,
por qué tú gimes dentro de mí?
ESPERA EN DIOS, ESPERA EN DIOS:
QUE VOLVERÁS A ALABARLO.
¡Porque él, él es tu salvación,
él es tu Dios, él es tu Dios!
ESPERA EN DIOS, ESPERA EN DIOS,
ESPERA EN DIOS, ESPERA EN DIOS:
QUE VOLVERÁS A ALABARLO.
Cuántas veces le he dicho a mi roca:
¿Por qué me has abandonado?
¿Por qué camino triste
oprimido por mis enemigos?
Se me rompen los huesos
de escuchar todo el día:
¿Dónde está tu Dios? ¿Dónde está ese Dios?
Señor, envíame tu luz y tu verdad,
que ellas me guíen, hasta tu monte santo.
Entonces podré cantar
un canto de alegría con mi guitarra.
¿Por qué te abates, alma mía, …
ESPERA EN DIOS …
¡Porque él, él es tu salvación ...
ESPERA EN DIOS …
89
Una voz recia disipa con sus ecos la oscuridad,
lejos el ensueño, Jesús brilla ya;
levántese el alma entorpecida
y deje de arrastrarse por el suelo.
¡Amanece una nueva estrella!
Ved que se nos envía un Cordero
para satisfacer gratuitamente nuestras deudas;
vayamos a Él con lágrimas, pidámosle todos perdón.
Para que cuando aparezca glorioso en su segunda venida,
y llene el mundo de espanto, Él nos proteja piadoso.
POR ESO, YO LE CANTO ESTA BALADA
AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPÍRITU.
¡QUE ELLOS VIVAN, AMÉN!
POR ESO, YO LE CANTO ESTA BALADA
AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPÍRITU.
¡QUE ELLOS VIVAN, AMÉN!
96
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, Abogada nuestra
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
el fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa!
¡Oh dulce virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Jesucristo, de Jesucristo.
Amén.
113
Oh cielos, lloved de lo alto
Isaías 45,8
OH CIELOS, LLOVED DE LO ALTO,
OH NUBES, MANDADNOS AL SANTO.
OH TIERRA, ÁBRETE OH TIERRA
Y BROTE EL SALVADOR.
Somos desierto, somos arena.
Maran-athá, MARAN-ATHÁ.
Somos un viento, nadie nos oye.
Maran-athá, MARAN-ATHÁ.
OH CIELOS, LLOVED DE LO ALTO …
Somos tinieblas, nadie nos guía.
Maran-athá, MARAN-ATHÁ.
Somos cadenas, nadie nos libra.
Maran-athá, MARAN-ATHÁ.
OH CIELOS, LLOVED DE LO ALTO …
Tenemos frío, nadie nos cubre.
Maran-athá, MARAN-ATHÁ.
Tenemos hambre, nadie nos nutre.
Maran-athá, MARAN-ATHÁ.
OH CIELOS, LLOVED DE LO ALTO …
Tenemos lágrimas, que nadie enjuga.
Maran-athá, MARAN-ATHÁ.
Nuestro dolor, nadie consuela.
Maran-athá, MARAN-ATHÁ.
OH CIELOS, LLOVED DE LO ALTO …
121
SI SIENTES UN SOPLO DEL CIELO,
UN VIENTO QUE MUEVE LAS PUERTAS,
ESCUCHA LA VOZ QUE TE LLAMA,
TE INVITA A CAMINAR LEJOS.
ES FUEGO QUE NACE
EN QUIEN SABE ESPERAR,
EN QUIEN SABE NUTRIR
ESPERANZAS DE AMOR.
Eran pobres hombres
como tú, como yo,
habían echado las redes al lago,
recogido los impuestos
a la puerta de la ciudad.
Que yo recuerde
entre ellos no había ningún doctor;
y aquel que llamaban Maestro
estaba muerto y sepultado.
SI SIENTES UN SOPLO DEL CIELO ...
Tenían un corazón como tú, como yo,
que una mano de hielo oprimía;
tenían los ojos llenos de lágrimas.
Pensaban sin duda en el amigo perdido;
en la mujer dejada en la puerta de la casa;
en la cruz levantada en la cima del monte.
SI SIENTES UN SOPLO DEL CIELO ...
Y el viento llamó a la puerta de la casa,
entró como un rayo en toda la estancia;
y tuvieron los ojos y el corazón llenos de fuego,
salieron a la calle gritando de alegría.
Hombre que esperas
escondido en las sombras,
la voz que canta es para ti;
te trae la alegría de una buena noticia:
¡EL REINO DE DIOS HA LLEGADO YA!
SI SIENTES UN SOPLO DEL CIELO ...
137
Señor, no me corrijas en tu cólera
Salmo 6
SEÑOR, NO ME CORRIJAS EN TU CÓLERA,
EN TU FUROR NO ME CASTIGUES.
Ten piedad de mí, ten piedad Señor,
que estoy sin fuerzas,
sáname tú, Señor,
que se desmoronan mis huesos,
hundida tengo el alma,
y tú, Señor, ¿hasta cuándo?
Y TÚ, SEÑOR, ¿HASTA CUÁNDO?
SEÑOR, NO ME CORRIJAS …
Vuélvete, Señor, recobra mi alma,
sáname tú, Señor, por tu misericordia.
QUE NADIE ENTRE LOS MUERTOS
TE RECUERDA, NI EN LOS INFIERNOS
SE CANTA TU ALABANZA.
SEÑOR, NO ME CORRIJAS …
Estoy cansado de gemir,
inundo de lágrimas mi cama,
mis ojos se consumen en la angustia,
envejezco entre enemigos.
Apartaos de mí malvados,
que el Señor escucha mis sollozos,
que el Señor acoge mi oración.
SEÑOR, NO ME CORRIJAS …
Y tú, Señor, ¿hasta cuándo?
Y TÚ, SEÑOR, ¿HASTA CUÁNDO?
162
Yahveh, tú eres mi Dios
Isaías 25
YAHVEH, TÚ ERES MI DIOS,
YO TE ENSALZARÉ.
Y alabaré tu nombre,
alabaré tu nombre,
alabaré tu nombre.
YAHVEH, TÚ ERES MI DIOS …
Destruirás la muerte para siempre.
Y enjugarás las lágrimas
de todos los rostros, de todos los rostros.
YAHVEH, TÚ ERES MI DIOS …
Ya se acercan los pasos de los pobres,
los pies de los humildes,
los pies de los humildes, el resto de Jacob.
YAHVEH, TÚ ERES MI DIOS …