Iglesia
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35
Alzaos puertas
Salmo 24 (23)
Del Señor es la tierra,
DEL SEÑOR ES LA TIERRA,
y todo aquello que contiene,
Y TODO AQUELLO QUE CONTIENE,
el orbe y sus habitantes.
¡ALZAOS PUERTAS.
ALZAD LOS DINTELES,
PUERTAS ETERNAS,
DEBE ENTRAR EL REY
DE LA GLORIA, DE LA GLORIA!
¿Quién es ese Rey de la gloria?
¿QUIÉN ES ESE REY DE LA GLORIA?
El Señor, el fuerte, el valiente,
EL SEÑOR, EL FUERTE, EL VALIENTE,
el Señor valiente en la batalla,
VALIENTE EN LA BATALLA.
El Señor de los ejércitos.
EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS.
Él es el Rey de la gloria,
EL REY DE LA GLORIA.
¡ALZAOS PUERTAS …
¿Quién subirá al monte del Señor?
¿QUIÉN SUBIRÁ AL MONTE DEL SEÑOR?
El de manos inocentes y puro corazón,
EL DE MANOS INOCENTES
y puro corazón,
el que no conduce su vida por vanidad,
POR VANIDAD.
Y nosotros somos su Iglesia,
Y NOSOTROS SOMOS SU IGLESIA,
que hoy viene a tu presencia,
QUE HOY VIENE A TU PRESENCIA;
que busca tu rostro, oh Dios de Jacob,
OH DIOS DE JACOB.
¡ALZAOS PUERTAS …
58
Dayenú
De la Hagadá de Pésaj hebrea
Cuántos bienes nos ha dado el Señor.
CUÁNTOS BIENES
NOS HA DADO EL SEÑOR.
Cuántos bienes nos ha dado el Señor.
CUÁNTOS BIENES
NOS HA DADO EL SEÑOR.
Si Cristo nos hubiera hecho salir de Egipto
y no hubiera hecho justicia del Faraón:
ESO NOS HABRÍA BASTADO,
NOS HABRÍA BASTADO.
DAYENÚ, DAYENÚ, DAYENÚ.
Si hubiera hecho justicia del Faraón
y no nos hubiera librado de todos los ídolos:
ESO NOS HABRÍA BASTADO ...
Si nos hubiera librado de todos los ídolos
y no nos hubiera dado todas sus riquezas:
ESO NOS HABRÍA BASTADO ...
Si nos hubiera dado todas sus riquezas
y no hubiera abierto el mar para nosotros:
ESO NOS HABRÍA BASTADO ...
Si hubiera abierto el mar para nosotros
y no hubiera hundido a nuestros opresores:
ESO NOS HABRÍA BASTADO ...
Si hubiera hundido a nuestros opresores
y no nos hubiera abierto un camino en el desierto:
ESO NOS HABRÍA BASTADO ...
Si nos hubiera abierto un camino en el desierto
y no nos hubiera nutrido con el pan de la vida:
ESO NOS HABRÍA BASTADO ...
Si nos hubiera nutrido con el pan de la vida
y no nos hubiera dado el día del Señor:
ESO NOS HABRÍA BASTADO ...
Si nos hubiera dado el día del Señor
y no nos hubiera sellado una nueva Alianza:
ESO NOS HABRÍA BASTADO ...
Si hubiera hecho con nosotros una nueva Alianza
y no nos hubiera hecho entrar en su Iglesia:
ESO NOS HABRÍA BASTADO ...
Si nos hubiera hecho entrar en su Iglesia
y no hubiera construido en nosotros su templo:
ESO NOS HABRÍA BASTADO ...
Si hubiera construido en nosotros su templo
y no lo hubiera llenado de su Santo Espíritu:
ESO NOS HABRÍA BASTADO ...
Cuánto más tenemos que dar gracias al Señor.
CUÁNTO MÁS TENEMOS
QUE DAR GRACIAS AL SEÑOR.
Cuánto más tenemos que dar gracias al Señor.
CUÁNTO MÁS TENEMOS
QUE DAR GRACIAS AL SEÑOR.
Que nos ha hecho salir de Egipto.
Que ha hecho justicia del Faraón.
Que nos ha librado de todos los enemigos.
Que nos ha dado todas sus riquezas.
Que ha abierto el mar para nosotros.
Que ha hundido a nuestros opresores.
Que nos ha dado un camino en el desierto.
Que nos ha nutrido con el pan de la vida.
Que nos ha dado el día del Señor.
Que nos ha hecho una nueva Alianza.
Que nos ha hecho entrar en su Iglesia.
Que ha construido en nosotros su templo.
Y lo ha llenado de su Espíritu Santo
en el perdón de los pecados.
Cristo nuestra Pascua está resucitado.
CRISTO NUESTRA PASCUA
ESTÁ RESUCITADO.
Cristo nuestra Pascua está resucitado.
CRISTO NUESTRA PASCUA
ESTÁ RESUCITADO.
Aleluya, aleluya.
ALELUYA, ALELUYA.
Aleluya, aleluya, aleluya
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
Aleluya, aleluya, aleluya.
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
104
María, madre de la Iglesia
Juan 19,26-34
«Mujer, he ahí a tu hijo, he ahí a tu hijo,
he ahí a tu hijo, ahí tienes a tu hijo.
Ahí tienes a tu Madre,
ahí tienes a tu Madre.»
MARÍA, MADRE MÍA,
MARÍA, MADRE NUESTRA.
VEN A VIVIR CONMIGO,
VEN A MI CASA
Y ENSÉÑANOS A AMAR A TU HIJO
COMO LO HAS AMADO TÚ,
Y ENSÉÑANOS A AMAR A TU HIJO
COMO LO HAS AMADO TÚ.
«Tengo sed, tengo sed,
todo se ha cumplido,
todo se ha cumplido,
todo se ha cumplido.»
MARÍA, MADRE MÍA ...
Llegaron, pues, los soldados,
y viendo que estaba muerto,
no le quebraron las piernas,
mas uno de los soldados
le atravesó el costado con la lanza
y al instante salió sangre y agua,
sangre y agua.
MARÍA, MADRE MÍA,
MARÍA, MADRE NUESTRA.
TÚ ERES MADRE DE LA IGLESIA
QUE NACE DEL COSTADO DE CRISTO
COMO ESPOSA, NUEVA EVA.
QUE NACE DEL COSTADO DE CRISTO
COMO ESPOSA, NUEVA EVA.
120
Paloma incorrupta
Himno inspirado en los Kontákia de san Romano el Meloda
Dios te salve, María,
radiante como el sol.
Tú nos muestras el camino;
esperanza de los confines de la tierra;
tú eres la sola Paloma incorrupta.
Está en ti toda la belleza del Espíritu;
gloria que en el mundo
hace bella la creación.
DIOS TE SALVE, MARÍA,
RADIANTE COMO EL SOL.
PALOMA INCORRUPTA;
REFUGIO DE LAS ALMAS DÉBILES;
ARCA DEL ESPÍRITU SANTO.
Dios te salve, María,
radiante como el sol.
Tú intercedes por todos los hombres;
tú eres el refugio de las almas débiles;
filacteria de la perfecta castidad;
arca perfumadísima del Espíritu Santo.
DIOS TE SALVE, MARÍA …
Dios te salve, María,
radiante como el sol.
A ti suplican todos los hombres;
a ti pedimos por la Iglesia,
dale nuevo vigor de gracia y santidad.
DIOS TE SALVE, MARÍA …
170
Bendición del agua
De Liturgia Bautismal de la Vigilia Pascual
Oh Dios, que por medio
de los signos sacramentales
tú obras con invisible potencia
las maravillas de la salvación.
De muchos modos a través de los tiempos
has preparado el agua, tu criatura,
para que fuese signo del Bautismo.
Desde los orígenes, tu Espíritu,
aleteaba sobre las aguas,
para que contuviesen
la fuerza de santificar.
Y también en el Diluvio
has prefigurado el Bautismo,
para que hoy, como ayer,
el agua señalase el fin del pecado
y el inicio de la Vida Nueva.
Tú, has liberado de la esclavitud
a los hijos de Abraham
haciéndoles pasar ilesos el Mar Rojo,
para que fuesen la imagen
del futuro pueblo de bautizados.
Por fin, en la plenitud de los tiempos,
tu Hijo, bautizado en el agua del Jordán
fue consagrado por el Espíritu Santo.
LEVANTADO EN LA CRUZ,
DE SU COSTADO SALIÓ
SANGRE Y AGUA.
Y después de su resurrección
ordenó a sus discípulos:
«Id y anunciad el Evangelio
a todos los pueblos,
Y BAUTIZADLOS
EN EL NOMBRE DEL PADRE,
Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO.»
Ahora, ahora Padre
mira con amor a tu Iglesia
y haz brotar para ella
la fuente del Bautismo.
Infunde en esta agua,
por obra del Espíritu Santo,
la gracia de tu Único Hijo,
para que por el Sacramento del Bautismo,
el hombre, hecho a tu imagen,
sea lavado de todos sus pecados,
y del agua y del Espíritu Santo
renazca como nueva criatura.
Descienda Padre
en esta agua,
por obra de tu Hijo,
la potencia del Espíritu Santo.
Para que todos aquellos que hoy reciban
el Bautismo, sean sepultados con Cristo.
¡Y MUERTOS CON ÉL,
RESURJAN,
RESUCITEN
A LA VIDA INMORTAL!
Por Cristo, Nuestro Señor.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
174
CREO EN DIOS PADRE TODOPODEROSO,
CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA.
CREO EN JESUCRISTO, SU ÚNICO HIJO, NUESTRO SEÑOR,
QUE FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO,
NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN.
PADECIÓ BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO,
FUE CRUCIFICADO, MUERTO Y SEPULTADO,
DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS.
AL TERCER DÍA RESUCITÓ, RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS,
SUBIÓ AL CIELO Y ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DE DIOS,
DESDE ALLÍ HA DE VENIR A JUZGAR A LOS VIVOS Y A LOS MUERTOS.
CREO EN EL ESPÍRITU SANTO,
LA SANTA IGLESIA CATÓLICA,
LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS,
EL PERDÓN DE LOS PECADOS,
LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE
Y LA VIDA ETERNA.
AMÉN.
184
Plegaria Eucarística II - Modelo I (doxología alternativa)
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia
extendida por toda la tierra;
y con el Papa …, con nuestro obispo …
y de todos los que en ella cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros hermanos
que durmieron en la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto
en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
San José su santo esposo, los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
185
Plegaria Eucarística II - Modelo II
Modelo II (1987)
El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO
HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO.
Verdaderamente
es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias, siempre y en todo lugar.
A ti, Padre Santo, por Jesucristo,
tu amadísimo Hijo.
Por él, que es tu Palabra viviente,
hiciste todas las cosas;
tú nos lo enviaste Salvador y Redentor
hecho hombre por obra del Espíritu Santo,
y nacido de la Virgen María,
para cumplir tu voluntad
y adquirir para ti un pueblo santo,
Él extendió sus brazos en la cruz,
muriendo destruyó la muerte.
Y proclamó
la resurrección.
Y PROCLAMÓ
LA RESURRECCIÓN.
Por este misterio de salvación,
unidos a los ángeles y a los santos
cantamos a una sola voz
el himno de tu gloria:
SANTO, SANTO, SANTO ...
Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad:
santifica estos dones
con la efusión de tu Espíritu,
de manera que sean para nosotros
Cuerpo y Sangre de Jesucristo,
Nuestro Señor.
El cual, cuando iba a ser entregado
a su Pasión, voluntariamente aceptada,
tomó pan, dándote gracias,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz, y dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Este es el sacramento de nuestra fe.
ANUNCIAMOS TU MUERTE, SEÑOR,
PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN,
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
Así, pues, Padre, al celebrar ahora
el memorial de la muerte
y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida
y el cáliz de salvación,
y te damos gracias porque nos haces dignos
de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia
extendida por toda la tierra;
y con el Papa …,
con nuestro obispo …
y de todos los que en ella cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros hermanos
que durmieron en la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto
en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
San José su santo esposo, los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
188
Plegaria Eucarística IV
(1988)
El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO
HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO,
ES JUSTO Y NECESARIO.
Realmente es justo darte gracias,
y deber nuestro glorificarte, Padre Santo,
porque tú eres el único Dios vivo y verdadero
que existes desde siempre y vives
para siempre; luz sobre toda luz.
Porque tú solo eres bueno y fuente de vida,
hiciste todas las cosas,
para colmarlas de tus bendiciones
y alegrar su multitud
con la claridad de tu gloria.
Por eso, innumerables ángeles en tu presencia,
contemplando la gloria de tu rostro,
te sirven siempre y te glorifican sin cesar.
Y con ellos también nosotros, llenos de alegría,
y por nuestra voz las demás criaturas,
aclamamos tu nombre cantando:
SANTO, SANTO, SANTO ...
Te alabamos, Padre Santo, porque eres grande,
porque hiciste todas las cosas
con sabiduría y amor.
A imagen tuya creaste al hombre
y le encomendaste el universo entero,
para que, sirviéndote a ti, su creador,
dominara todo lo creado.
Y cuando por desobediencia perdió tu amistad,
no lo abandonaste al poder de la muerte
sino que, compadecido,
tendiste la mano a todos,
para que te encuentre el que te busca.
Reiteraste, tu alianza a los hombres;
por los profetas los fuiste llevando
con la esperanza de la salvación.
Padre Santo, tanto amaste al mundo
que, al cumplirse la plenitud de los tiempos,
nos enviaste como salvador a tu único Hijo.
El cual se encarnó por obra del Espíritu Santo,
nació de María la Virgen,
y así compartió en todo,
nuestra condición humana,
menos en el pecado;
anunció la salvación a los pobres,
la liberación a los oprimidos
y a los afligidos el consuelo.
Para cumplir tus designios,
él mismo se entregó a la muerte
y, resucitando, destruyó la muerte.
RESUCITANDO,
DESTRUYÓ LA MUERTE
Y NOS DIO NUEVA VIDA.
Y para que no vivamos ya
para nosotros mismos, sino para él,
que por nosotros murió y resucitó,
envió, Padre, desde tu seno el Espíritu Santo
como primicia para los creyentes,
a fin de santificar todas las cosas
llevando a plenitud tu obra en el mundo.
Y este mismo Espíritu santifique, Señor,
estas ofrendas, para que sean Cuerpo
y Sangre de Jesucristo, Nuestro Señor,
y así celebremos el gran misterio
que nos dejó, como alianza eterna.
Porque él mismo llegada la hora en que había
de ser glorificado por ti, Padre Santo,
habiendo amado a los suyos que estaban
en el mundo, los amó hasta el extremo.
Y, mientras cenaba con sus discípulos,
tomó pan, te bendijo,
lo partió y se lo dio, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, tomó el cáliz
lleno del fruto de la vid y te dio gracias,
lo pasó a sus discípulos diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
porque este es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres,
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Este es el sacramento de nuestra Fe.
ANUNCIAMOS TU MUERTE, SEÑOR,
PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN,
¡VEN SEÑOR JESÚS!
Por eso, nosotros, Señor, al celebrar ahora
el memorial de nuestra redención,
recordamos la muerte de Cristo,
y su descenso al lugar de los muertos,
proclamamos su resurrección
y ascensión a tu derecha;
y mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos su Cuerpo y su Sangre,
sacrificio agradable a ti
y salvación para todo el mundo.
Dirige tu mirada sobre esta víctima
que tú mismo has preparado a tu Iglesia,
y concede a cuantos compartimos
este pan y este cáliz,
que congregados en un solo cuerpo,
por el Espíritu Santo,
seamos en Cristo, víctima para tu alabanza.
ALABANZA DE TU GLORIA.
ALABANZA DE TU GLORIA.
Acuérdate, Señor, de todos aquellos
por quienes ofreciste este sacrificio;
de tu servidor el Papa ...
de nuestro obispo ..., del orden episcopal
de todo el clero, de cuantos aquí reunidos
hacemos esta oblación,
de todo tu pueblo santo
y de aquellos que te buscan
con sincero corazón.
Acuérdate también de los que
murieron en la Paz de Cristo
y de todos los difuntos
cuya fe solo tú conociste.
Padre, misericordioso,
que todos tus hijos nos reunamos
en la heredad de tu reino.
con María, la Virgen Madre de Dios,
y con los apóstoles y los santos;
y allí, junto con toda la creación,
libre ya de pecado y de muerte,
te glorifiquemos por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo
todos los bienes.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti Dios Padre omnipotente
en la unidad del Espíritu Santo
todo honor y gloria,
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN, AMÉN.
194
Pregón Pascual
Pregón solemne de la Vigilia Pascual
Exulten los coros de los ángeles,
exulte la asamblea celeste,
y un himno de gloria
aclame el triunfo del Señor resucitado.
Alégrese la tierra, inundada por la nueva luz.
EL ESPLENDOR DEL REY
DESTRUYÓ LAS TINIEBLAS,
DESTRUYÓ LAS TINIEBLAS,
LAS TINIEBLAS DEL MUNDO.
Que se alegre nuestra madre la Iglesia,
resplandeciente de la gloria de su Señor;
y que en este lugar resuene unánime
la aclamación de un pueblo en fiesta.
El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO …
Realmente es justo y necesario
exaltar con el canto la alegría del espíritu
y elevar un himno al Padre Todopoderoso,
y a su único Hijo, Jesucristo.
Él ha pagado por todos al eterno Padre
la deuda de Adán, y con su sangre,
derramada por amor, ha cancelado
la condena antigua del pecado.
Ésta es la Pascua,
en que se inmola el Cordero.
Ésta es la noche en que fueron liberados
nuestros padres de Egipto.
Ésta es la noche
que nos salva de la oscuridad del mal.
ÉSTA ES LA NOCHE EN QUE CRISTO
HA VENCIDO LA MUERTE
Y DEL INFIERNO RETORNA VICTORIOSO.
¡Oh admirable condescendencia de tu amor!
¡Oh incomparable ternura y caridad!
¡Por rescatar al esclavo has sacrificado al Hijo!
Sin el pecado de Adán,
Cristo no nos habría rescatado.
¡OH FELIZ CULPA QUE MERECIÓ
TAN GRANDE REDENTOR!
¡OH FELIZ CULPA!
¡Oh noche maravillosa
en que despojaste al faraón
y enriqueciste a Israel!
¡Oh noche maravillosa!
Tú sola conociste la hora
en que Cristo resucitó.
¡Oh noche que destruyes el pecado
y lavas todas nuestras culpas!
¡Oh noche realmente gloriosa
que reconcilias al hombre con su Dios!
ÉSTA ES LA NOCHE EN QUE CRISTO
HA VENCIDO LA MUERTE
Y DEL INFIERNO RETORNA VICTORIOSO.
En esta noche acepta, Padre santo,
este sacrificio de alabanza que la Iglesia
te ofrece por medio de sus ministros
en la liturgia solemne de este cirio,
que es el signo de la nueva luz.
Te rogamos, Señor, que este cirio.
ofrecido en el honor
de tu nombre, brille radiante,
llegue hasta ti, como perfume suave,
se confunda con las estrellas del cielo.
Lo encuentre encendido el lucero de la mañana,
esa estrella que no conoce el ocaso.
QUE ES CRISTO, TU HIJO RESUCITADO,
RESUCITADO DE LA MUERTE.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
197
Salmodia para las oraciones universales
Melodía para utilizar en las Oraciones universales
Oremos, hermanos
por la Iglesia santa de Dios,
por su servidor el Papa
por los obispos, los sacerdotes, diáconos,
y todo el pueblo santo:
para que partícipes de los bienes celestiales
podamos anunciar a este mundo que sufre
la Buena Noticia de Jesucristo resucitado.
¡ESCÚCHANOS, OH SEÑOR!
Oremos, hermanos, por los gobernantes,
y por todos los hombres
que han sido constituidos como jefes
y conductores de las naciones:
para que cesen las guerras,
para que desaparezcan las divisiones,
y se construyan caminos
de paz y justicia para todos los pueblos.
¡ESCÚCHANOS, OH SEÑOR!
Oremos por todos los hombres
que sufren en su cuerpo o en su espíritu,
y por todos los pobres de la tierra:
para que por medio de tus profetas
reciban el anuncio de la salvación y la vida,
el consuelo de tu Palabra
y la comunión de los fieles de tu Iglesia.
¡ESCÚCHANOS, OH SEÑOR!
Oremos por esta asamblea santa,
que convocada en tu Nombre
celebra hoy el memorial de la muerte
y resurrección de tu Hijo:
para que el Señor nos conceda a todos
el celo por la salvación de los hombres,
el amor a los que sufren,
y la alegría de proclamar,
en esta generación,
tu amor y tu misericordia.
¡ESCÚCHANOS, OH SEÑOR!
204
A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, Eterno Padre,
te venera toda la creación.
A TI CANTAN LOS ÁNGELES,
Y TODAS LAS POTENCIAS DEL CIELO:
SANTO, SANTO, SANTO,
SANTO, SANTO, SANTO,
EL SEÑOR DEL UNIVERSO.
Los cielos y la tierra están llenos
de la majestad de tu gloria.
A ti te ensalza el glorioso
coro de los apóstoles,
la multitud adorable de los profetas,
el cándido ejército de los mártires.
A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra,
te proclama: Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.
A TI CANTAN LOS ÁNGELES …
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino de los cielos.
Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
A TI CANTAN LOS ÁNGELES …
Creemos que un día
has de venir como juez.
Te rogamos, que vengas en ayuda de tus siervos
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.
Sé su pastor, ensálzalo eternamente.
A TI CANTAN LOS ÁNGELES …
Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confiamos,
que no quedemos confundidos eternamente.
A TI CANTAN LOS ÁNGELES …
231
A la cena del Cordero
Himno de Vísperas del tiempo Pascual hasta la Ascensión
A LA CENA DEL CORDERO
VESTIDOS CON BLANCAS TÚNICAS,
ATRAVESADO EL MAR ROJO
CANTAMOS A CRISTO, EL SEÑOR.
Su cuerpo, lleno de amor,
sobre la mesa es el Pan vivo;
su sangre, sobre el altar,
es el cáliz del nuevo pacto.
Manso cordero inmolado
es Cristo, nuestra Pascua;
su cuerpo adorable
es el verdadero pan ácimo.
A LA CENA DEL CORDERO …
En esta hora admirable
retornan los antiguos prodigios;
su brazo potente nos salva
del ángel de la muerte.
Irradia sobre la Iglesia
el gozo pascual, oh Señor,
y une a tu gran victoria
a los que han renovado el Bautismo.
A LA CENA DEL CORDERO …
Sea honor, alabanza y gloria
a Cristo victorioso de la muerte,
al Padre y al Santo Espíritu
ahora y por los siglos eternos.
AMÉN.
255
Suba el esposo al leño de su tálamo
Himno de san Quodvultdeus
SUBA, EL ESPOSO,
SUBA, AL LEÑO DE SU TÁLAMO;
SUBA NUESTRO ESPOSO, AL LECHO,
AL LECHO DE SU TÁLAMO.
Duerma, muriendo y se abra su costado,
y salga la Iglesia virgen.
Herido en su costado al instante salió
Sangre y agua, Sangre y agua.
Agua, con la que la Esposa fue lavada,
Sangre que recibe como dote.
Duerme Adán y es creada Eva,
muere Cristo y es formada la Iglesia.
SUBA, EL ESPOSO …
¡Oh, qué grande el sacramento de estas bodas!
¡Qué misterio este Esposo y esta Esposa!
La Esposa toma el velo
cuando muere el Esposo,
y el Esposo se une a la Esposa
cuando de la muerte se separa.
Y cuando el Esposo es elevado a los Cielos
la Esposa se hace fecunda en toda la tierra.
SUBA, EL ESPOSO …