esplendor
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Eres hermoso
Salmo 45 (44)
ERES HERMOSO, EL MÁS HERMOSO
DE LOS HIJOS DE ADÁN,
DE LOS HIJOS DE ADÁN,
LA GRACIA ESTÁ EN TUS LABIOS.
ERES BENDITO,
EL BENDITO PARA SIEMPRE.
Ciñe la espada a tu flanco, oh valiente,
y marcha lleno de gloria y esplendor,
cabalga por la verdad,
la mansedumbre, la justicia.
¡Tensa tu arco,
que hace temible tu derecha!
Agudas son tus flechas,
te han sido entregados los pueblos.
TE HAN SIDO ENTREGADOS LOS PUEBLOS.
ERES HERMOSO ...
Desde los palacios de marfil
las cítaras cantan para ti.
Hijas de reyes son tus favoritas;
a tu derecha está la reina,
en oro de Ofir.
A TU DERECHA ESTÁ LA REINA,
EN ORO DE OFIR.
ERES HERMOSO ...
Escucha, hija y mira, inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa de tu padre,
y el rey se prendará de tu belleza.
Y EL REY SE PRENDARÁ DE TU BELLEZA.
Él es tu Señor, ¡entrégate a él!
Y en lugar de padres, tendrás hijos,
que serán príncipes sobre la tierra.
ERES HERMOSO ...
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Himno de la Ascensión
Himno de Laudes del tiempo Pascual, de la Ascensión a Pentecostés
EL BUEN PASTOR HA SUBIDO
A LA DERECHA DEL PADRE.
VELA EL PEQUEÑO REBAÑO
CON MARÍA EN EL CENÁCULO.
Del esplendor eterno
desciende el crisma profético,
que consagra a los apóstoles
en heraldos del Evangelio.
EL BUEN PASTOR …
Ven, oh divino Espíritu,
con tus santos dones
y transforma nuestros cuerpos
en el templo de tu santa gloria.
EL BUEN PASTOR …
Oh luz de eterna sabiduría
revélanos el gran misterio
del Dios Uno y Trino
fuente de eterno amor.
EL BUEN PASTOR …
169
Antífona - versículo antes del Evangelio (II)
Aleluya interleccional Modelo I
Gloria a ti, oh Cristo,
Rey de eterna gloria,
Rey de eterna gloria.
GLORIA A TI, OH CRISTO,
REY DE ETERNA GLORIA,
REY DE ETERNA GLORIA.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos.
El que permanece en mí y Yo en él,
ése da fruto abundante.
GLORIA A TI, OH CRISTO …
Gloria al Señor, gloria al Señor,
gloria al Señor, gloria al Señor,
gloria al Señor.
GLORIA AL SEÑOR, GLORIA AL SEÑOR,
GLORIA AL SEÑOR, GLORIA AL SEÑOR,
GLORIA AL SEÑOR.
En el esplendor de la nube,
se oyó la voz del Padre:
«Este es mi hijo amado, escuchadle,
este es mi hijo amado, escuchadle.»
GLORIA AL SEÑOR …
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Pregón Pascual
Pregón solemne de la Vigilia Pascual
Exulten los coros de los ángeles,
exulte la asamblea celeste,
y un himno de gloria
aclame el triunfo del Señor resucitado.
Alégrese la tierra, inundada por la nueva luz.
EL ESPLENDOR DEL REY
DESTRUYÓ LAS TINIEBLAS,
DESTRUYÓ LAS TINIEBLAS,
LAS TINIEBLAS DEL MUNDO.
Que se alegre nuestra madre la Iglesia,
resplandeciente de la gloria de su Señor;
y que en este lugar resuene unánime
la aclamación de un pueblo en fiesta.
El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO …
Realmente es justo y necesario
exaltar con el canto la alegría del espíritu
y elevar un himno al Padre Todopoderoso,
y a su único Hijo, Jesucristo.
Él ha pagado por todos al eterno Padre
la deuda de Adán, y con su sangre,
derramada por amor, ha cancelado
la condena antigua del pecado.
Ésta es la Pascua,
en que se inmola el Cordero.
Ésta es la noche en que fueron liberados
nuestros padres de Egipto.
Ésta es la noche
que nos salva de la oscuridad del mal.
ÉSTA ES LA NOCHE EN QUE CRISTO
HA VENCIDO LA MUERTE
Y DEL INFIERNO RETORNA VICTORIOSO.
¡Oh admirable condescendencia de tu amor!
¡Oh incomparable ternura y caridad!
¡Por rescatar al esclavo has sacrificado al Hijo!
Sin el pecado de Adán,
Cristo no nos habría rescatado.
¡OH FELIZ CULPA QUE MERECIÓ
TAN GRANDE REDENTOR!
¡OH FELIZ CULPA!
¡Oh noche maravillosa
en que despojaste al faraón
y enriqueciste a Israel!
¡Oh noche maravillosa!
Tú sola conociste la hora
en que Cristo resucitó.
¡Oh noche que destruyes el pecado
y lavas todas nuestras culpas!
¡Oh noche realmente gloriosa
que reconcilias al hombre con su Dios!
ÉSTA ES LA NOCHE EN QUE CRISTO
HA VENCIDO LA MUERTE
Y DEL INFIERNO RETORNA VICTORIOSO.
En esta noche acepta, Padre santo,
este sacrificio de alabanza que la Iglesia
te ofrece por medio de sus ministros
en la liturgia solemne de este cirio,
que es el signo de la nueva luz.
Te rogamos, Señor, que este cirio.
ofrecido en el honor
de tu nombre, brille radiante,
llegue hasta ti, como perfume suave,
se confunda con las estrellas del cielo.
Lo encuentre encendido el lucero de la mañana,
esa estrella que no conoce el ocaso.
QUE ES CRISTO, TU HIJO RESUCITADO,
RESUCITADO DE LA MUERTE.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.