alabar
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30
Alabad al Señor en el cielo
Salmo 148
¡Alabad al Señor en el Cielo,
¡ALABADLO!
alabad al Señor en lo alto,
¡ALABADLO!
alabadlo, todos sus ángeles,
¡ALABADLO!
alabadlo, todos sus ejércitos!
¡ALABADLO!
Alabadlo, sol y luna,
¡ALABADLO!
alabadlo, estrellas lucientes.
¡ALABADLO!
Alabadlo, espacios celestes
¡ALABADLO!
y aguas que cuelgan en el cielo. ¡ALABADLO!
Alaben el nombre del Señor,
¡ALABADLO!
porque Él lo mandó, y existieron. ¡ALABADLO!
Les dio consistencia perpetua ¡ALABADLO!
y una ley que no pasará.
¡ALABADLO!
Alabad al Señor en la tierra,
¡ALABADLO!
cetáceos y abismos del mar.
¡ALABADLO!
Rayos, granizo, nieve y bruma, ¡ALABADLO!
viento huracanado
que cumple sus órdenes.
¡ALABADLO!
Montes y todas las sierras,
¡ALABADLO!
árboles frutales y cedros.
¡ALABADLO!
Fieras y animales domésticos, ¡ALABADLO!
reptiles y pájaros que vuelan. ¡ALABADLO!
Reyes y pueblos del orbe,
¡ALABADLO!
príncipes y jefes del mundo.
¡ALABADLO!
Los jóvenes
y también las doncellas,
¡ALABADLO!
los viejos a una con los niños. ¡ALABADLO!
Alaben el nombre del Señor,
¡ALABADLO!
el único nombre sublime.
¡ALABADLO!
Su majestad,
sobre el cielo y la tierra,
¡ALABADLO!
Él da fuerza y vigor a su pueblo. ¡ALABADLO!
Alabanza de todos sus fieles, ¡ALABADLO!
de Israel, su pueblo elegido.
¡ALABADLO!
32
Aleluya, alabad al Señor
Salmo 150
¡ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA!
¡ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA!
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento,
alabadlo por sus obras estupendas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
¡ALELUYA …
Alabadlo al son de trompetas,
alabadlo con arpas y guitarras,
alabadlo con tambores y con danzas,
alabadlo con trompas y flautas.
¡ALELUYA …
Alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
¡TODO SER ALABE AL SEÑOR,
ALABE, ALABE AL SEÑOR!
¡ALELUYA …
54
Como la cierva
Salmo 42-43 (41-42)
Como la cierva anhela, las corrientes de agua,
así mi alma, te anhela a ti, Dios mío.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿cuándo podré ver el rostro de Dios?
Mis lágrimas son mi pan, noche y día,
mientras mis enemigos me dicen todo el día:
¿Dónde está tu Dios? ¿Dónde está tu Dios?
¿Dónde está tu Dios?
Y cuando yo recuerdo,
el alma se me llena de tristeza,
cómo marchaba en medio
de un pueblo en fiesta.
¿Por qué te abates, alma mía,
por qué tú gimes dentro de mí?
ESPERA EN DIOS, ESPERA EN DIOS:
QUE VOLVERÁS A ALABARLO.
¡Porque él, él es tu salvación,
él es tu Dios, él es tu Dios!
ESPERA EN DIOS, ESPERA EN DIOS,
ESPERA EN DIOS, ESPERA EN DIOS:
QUE VOLVERÁS A ALABARLO.
Cuántas veces le he dicho a mi roca:
¿Por qué me has abandonado?
¿Por qué camino triste
oprimido por mis enemigos?
Se me rompen los huesos
de escuchar todo el día:
¿Dónde está tu Dios? ¿Dónde está ese Dios?
Señor, envíame tu luz y tu verdad,
que ellas me guíen, hasta tu monte santo.
Entonces podré cantar
un canto de alegría con mi guitarra.
¿Por qué te abates, alma mía, …
ESPERA EN DIOS …
¡Porque él, él es tu salvación ...
ESPERA EN DIOS …
99
Llegue hasta tu presencia mi clamor
Salmo 119 (118)
¡Señor, Señor Jesús!
Llegue hasta tu presencia mi clamor,
brota de mis labios tu canción,
canta mi lengua tus palabras,
alma mía, Jesús.
Sea conmigo tu mano para ayudarme
de ti anhelo la salvación,
viva mi alma para alabarte,
mírame, ando errante.
VEN, EN BUSCA DE TU SIERVO,
VEN, SEÑOR JESÚS.
VEN, QUE YO SIN TI ME PIERDO,
VEN, SEÑOR JESÚS.
Llegue hasta tu presencia ...
VEN, EN BUSCA DE TU SIERVO …
108
Me has seducido, Señor
Jeremías 20,7-18
ME HAS SEDUCIDO, SEÑOR,
Y ME HE DEJADO SEDUCIR;
HAS LUCHADO CONMIGO
Y ME HAS VENCIDO.
HAS SIDO MÁS FUERTE QUE YO,
ME HAS PODIDO.
Cuando hablo debo gritar:
«¡Violencia!», «¡Opresión!»
Así tu Palabra es para mí befa y oprobio.
Me decía: «No pensaré más en Él,
no hablaré más en su Nombre.»
Mas en mi corazón
había un fuego ardiente,
que corría por mis huesos.
MAS EN MI CORAZÓN
HABÍA UN FUEGO ARDIENTE,
QUE CORRÍA POR MIS HUESOS.
ME HAS SEDUCIDO, SEÑOR …
¡Maldito el día en que nací!
¡Maldito el hombre
que le dio la noticia a mi padre:
«Te ha nacido un hijo»!
¿Por qué he salido del seno de mi madre,
si sólo debo ver penas y aflicción?
MAS EL SEÑOR ESTÁ CONMIGO,
COMO UN HÉROE VALEROSO.
Cantad himnos al Señor, alabad su Nombre,
que ha salvado la vida de este pobre.
MAS EL SEÑOR ESTÁ CONMIGO,
COMO UN HÉROE VALEROSO.
ME HAS SEDUCIDO, SEÑOR …
134
Secuencia del Corpus Christi
Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Alaba, Sión, al Salvador,
él es tu guía y tu Pastor.
Alábalo con himnos y cantos.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES,
PAN DE LOS QUE HACEN CAMINO.
ESTE ES EL PAN DE LOS HIJOS.
Canta con todo fervor,
al pan vivo que da vida:
este es el tema del canto
y el objeto de alabanza.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
Ciertamente se donó,
al grupo de doce hermanos,
en fraterna y santa cena.
Esta es la fiesta solemne,
en la cual celebramos,
la primera y santa cena.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
Es el banquete del nuevo Rey,
la nueva Pascua y nueva Ley,
donde lo antiguo termina.
Lo antiguo se verá nuevo,
la realidad a la sombra;
¡Es todo luz, ya no hay tinieblas!
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
Cristo deja en su memoria,
lo que hizo en Santa Cena,
nosotros lo renovamos.
Obedientes a su palabra,
consagramos pan y vino,
¡Hostia de la salvación!
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
Es cierto a los cristianos,
que se transforma el pan en carne,
y que el vino se hace sangre.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
Tú no ves, tú no comprendes;
mas la fe te lo confirma
más allá de la razón.
Es signo lo que aparece,
y esconde un gran misterio,
una realidad sublime.
Comes carne, bebes sangre,
en las dos especies;
pero queda Cristo entero.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
El que come solo parte,
ni separa ni divide,
en tanto que lo recibe.
Que sean uno, que sean mil,
igualmente lo reciben
y nunca se consume.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
Buen pastor, pan verdadero
de nosotros ten piedad.
Danos los bienes eternos
en la tierra de los vivos.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
¡Oh, Señor, que todo sabes!
¡Oh, Señor, que todo puedes!
¡Que nos sacias en la tierra!
Conduce a tus hermanos
a la cena del cielo;
en el gozo de los santos.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
162
Yahveh, tú eres mi Dios
Isaías 25
YAHVEH, TÚ ERES MI DIOS,
YO TE ENSALZARÉ.
Y alabaré tu nombre,
alabaré tu nombre,
alabaré tu nombre.
YAHVEH, TÚ ERES MI DIOS …
Destruirás la muerte para siempre.
Y enjugarás las lágrimas
de todos los rostros, de todos los rostros.
YAHVEH, TÚ ERES MI DIOS …
Ya se acercan los pasos de los pobres,
los pies de los humildes,
los pies de los humildes, el resto de Jacob.
YAHVEH, TÚ ERES MI DIOS …
172
Bendición penitencial
Oración conclusiva de acción de gracias para la Celebración Penitencial
El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS
LEVANTADO HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO,
ES JUSTO Y NECESARIO.
Realmente es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
glorificarte, siempre Señor,
que admirablemente has creado al hombre,
y más admirablemente has hecho en él
una nueva creación.
Tú, no abandonas al pecador,
sino que lo llamas por la fuerza de tu amor.
Tú, has enviado a tu Hijo al mundo,
para destruir el pecado y la muerte,
y en su resurrección
nos has devuelto la vida y la alegría.
Tú, nos renuevas por la fuerza del Evangelio
y de los Sacramentos.
Tú, has derramado el Espíritu Santo
en nuestros corazones,
para hacernos herederos e hijos tuyos.
TÚ, NOS LIBRAS
DE LA ESCLAVITUD DEL PECADO
Y NOS TRANSFORMAS DÍA A DÍA
EN LA IMAGEN DE TU HIJO.
Alabamos y bendecimos tu Nombre
y te damos gracias
por las maravillas de tu misericordia.
Y con los ángeles y los santos, cantamos,
cantamos el himno de tu gloria.
SANTO, SANTO, SANTO ...
175
Gloria a Dios en lo alto del cielo
Himno Litúrgico
GLORIA DIOS EN LO ALTO DEL CIELO,
Y PAZ EN LA TIERRA
A LOS HOMBRES QUE AMA EL SEÑOR.
TE ALABAMOS, TE GLORIFICAMOS,
TE ADORAMOS, TE DAMOS GRACIAS
POR TU INMENSA GLORIA.
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único,
JESUCRISTO.
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS.
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende a nuestra súplica;
tú, que estás sentado
a la derecha del Padre,
TEN PIEDAD DE NOSOTROS;
PORQUE SÓLO TÚ ERES SANTO,
SÓLO TÚ SEÑOR,
SOLO TÚ ALTÍSIMO,
JESUCRISTO,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
AMÉN, AMÉN.
188
Plegaria Eucarística IV
(1988)
El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO
HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO,
ES JUSTO Y NECESARIO.
Realmente es justo darte gracias,
y deber nuestro glorificarte, Padre Santo,
porque tú eres el único Dios vivo y verdadero
que existes desde siempre y vives
para siempre; luz sobre toda luz.
Porque tú solo eres bueno y fuente de vida,
hiciste todas las cosas,
para colmarlas de tus bendiciones
y alegrar su multitud
con la claridad de tu gloria.
Por eso, innumerables ángeles en tu presencia,
contemplando la gloria de tu rostro,
te sirven siempre y te glorifican sin cesar.
Y con ellos también nosotros, llenos de alegría,
y por nuestra voz las demás criaturas,
aclamamos tu nombre cantando:
SANTO, SANTO, SANTO ...
Te alabamos, Padre Santo, porque eres grande,
porque hiciste todas las cosas
con sabiduría y amor.
A imagen tuya creaste al hombre
y le encomendaste el universo entero,
para que, sirviéndote a ti, su creador,
dominara todo lo creado.
Y cuando por desobediencia perdió tu amistad,
no lo abandonaste al poder de la muerte
sino que, compadecido,
tendiste la mano a todos,
para que te encuentre el que te busca.
Reiteraste, tu alianza a los hombres;
por los profetas los fuiste llevando
con la esperanza de la salvación.
Padre Santo, tanto amaste al mundo
que, al cumplirse la plenitud de los tiempos,
nos enviaste como salvador a tu único Hijo.
El cual se encarnó por obra del Espíritu Santo,
nació de María la Virgen,
y así compartió en todo,
nuestra condición humana,
menos en el pecado;
anunció la salvación a los pobres,
la liberación a los oprimidos
y a los afligidos el consuelo.
Para cumplir tus designios,
él mismo se entregó a la muerte
y, resucitando, destruyó la muerte.
RESUCITANDO,
DESTRUYÓ LA MUERTE
Y NOS DIO NUEVA VIDA.
Y para que no vivamos ya
para nosotros mismos, sino para él,
que por nosotros murió y resucitó,
envió, Padre, desde tu seno el Espíritu Santo
como primicia para los creyentes,
a fin de santificar todas las cosas
llevando a plenitud tu obra en el mundo.
Y este mismo Espíritu santifique, Señor,
estas ofrendas, para que sean Cuerpo
y Sangre de Jesucristo, Nuestro Señor,
y así celebremos el gran misterio
que nos dejó, como alianza eterna.
Porque él mismo llegada la hora en que había
de ser glorificado por ti, Padre Santo,
habiendo amado a los suyos que estaban
en el mundo, los amó hasta el extremo.
Y, mientras cenaba con sus discípulos,
tomó pan, te bendijo,
lo partió y se lo dio, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, tomó el cáliz
lleno del fruto de la vid y te dio gracias,
lo pasó a sus discípulos diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
porque este es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres,
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Este es el sacramento de nuestra Fe.
ANUNCIAMOS TU MUERTE, SEÑOR,
PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN,
¡VEN SEÑOR JESÚS!
Por eso, nosotros, Señor, al celebrar ahora
el memorial de nuestra redención,
recordamos la muerte de Cristo,
y su descenso al lugar de los muertos,
proclamamos su resurrección
y ascensión a tu derecha;
y mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos su Cuerpo y su Sangre,
sacrificio agradable a ti
y salvación para todo el mundo.
Dirige tu mirada sobre esta víctima
que tú mismo has preparado a tu Iglesia,
y concede a cuantos compartimos
este pan y este cáliz,
que congregados en un solo cuerpo,
por el Espíritu Santo,
seamos en Cristo, víctima para tu alabanza.
ALABANZA DE TU GLORIA.
ALABANZA DE TU GLORIA.
Acuérdate, Señor, de todos aquellos
por quienes ofreciste este sacrificio;
de tu servidor el Papa ...
de nuestro obispo ..., del orden episcopal
de todo el clero, de cuantos aquí reunidos
hacemos esta oblación,
de todo tu pueblo santo
y de aquellos que te buscan
con sincero corazón.
Acuérdate también de los que
murieron en la Paz de Cristo
y de todos los difuntos
cuya fe solo tú conociste.
Padre, misericordioso,
que todos tus hijos nos reunamos
en la heredad de tu reino.
con María, la Virgen Madre de Dios,
y con los apóstoles y los santos;
y allí, junto con toda la creación,
libre ya de pecado y de muerte,
te glorifiquemos por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo
todos los bienes.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti Dios Padre omnipotente
en la unidad del Espíritu Santo
todo honor y gloria,
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN, AMÉN.
196
Salmodia para el Salmo Responsorial
XXII Domingo del Tiempo ordinario – Año A
MI ALMA ESTÁ SEDIENTA DE TI,
SEÑOR, DIOS MÍO;
MI ALMA ESTÁ SEDIENTA DE TI.
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
MI ALMA ESTÁ SEDIENTA DE TI …
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
MI ALMA ESTÁ SEDIENTA DE TI …
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
MI ALMA ESTÁ SEDIENTA DE TI …
204
A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, Eterno Padre,
te venera toda la creación.
A TI CANTAN LOS ÁNGELES,
Y TODAS LAS POTENCIAS DEL CIELO:
SANTO, SANTO, SANTO,
SANTO, SANTO, SANTO,
EL SEÑOR DEL UNIVERSO.
Los cielos y la tierra están llenos
de la majestad de tu gloria.
A ti te ensalza el glorioso
coro de los apóstoles,
la multitud adorable de los profetas,
el cándido ejército de los mártires.
A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra,
te proclama: Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.
A TI CANTAN LOS ÁNGELES …
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino de los cielos.
Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
A TI CANTAN LOS ÁNGELES …
Creemos que un día
has de venir como juez.
Te rogamos, que vengas en ayuda de tus siervos
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.
Sé su pastor, ensálzalo eternamente.
A TI CANTAN LOS ÁNGELES …
Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confiamos,
que no quedemos confundidos eternamente.
A TI CANTAN LOS ÁNGELES …