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Aparece 9 veces en 8 canto(s)

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Escóndeme en lo oculto de tu tienda

Salmo 27 (26)

ESCÓNDEME
EN LO OCULTO DE TU TIENDA,
SOBRE TU ROCA LEVÁNTAME.
Yahveh es mi luz y mi salvación,
¿a quién he de temer?
Yahveh es el refugio de mi vida,
¿por quién he de temblar?
ESCÓNDEME ...
Cuando se acercan contra mí los malvados
a devorar mi carne,
son ellos, mis adversarios y enemigos,
los que tropiezan y sucumben.
ESCÓNDEME ...
Aunque acampe un ejército contra mí,
mi corazón no teme;
aunque estalle una guerra contra mí,
estoy seguro en ella.
ESCÓNDEME ...
Una cosa he pedido a Yahveh,
eso solo estoy buscando:
habitar en la Casa del Yahveh,
todos los días de mi vida.
ESCÓNDEME ...
Él me dará cobijo en su cabaña
el día de la desdicha;
me esconderá en lo oculto de su tienda,
sobre su roca me levantará.
ESCÓNDEME ...
Escucha, Yahveh, mi voz que clama,
¡tenme piedad, respóndeme!
Sí, Yahveh, tu rostro busco:
no me ocultes tu rostro.
ESCÓNDEME ...
89

Himno de Adviento

Himno

Una voz recia disipa con sus ecos la oscuridad,
lejos el ensueño, Jesús brilla ya;
levántese el alma entorpecida
y deje de arrastrarse por el suelo.
¡Amanece una nueva estrella!
Ved que se nos envía un Cordero
para satisfacer gratuitamente nuestras deudas;
vayamos a Él con lágrimas, pidámosle todos perdón.
Para que cuando aparezca glorioso en su segunda venida,
y llene el mundo de espanto, Él nos proteja piadoso.
POR ESO, YO LE CANTO ESTA BALADA
AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPÍRITU.
¡QUE ELLOS VIVAN, AMÉN!
POR ESO, YO LE CANTO ESTA BALADA
AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPÍRITU.
¡QUE ELLOS VIVAN, AMÉN!
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Llévame al cielo

Filipenses 1,23

¡LLÉVAME AL CIELO,
LLÉVAME AL CIELO, OH SEÑOR!
PORQUE MORIR, PORQUE MORIR
ES CON MUCHO LO MEJOR,
ES CON MUCHO LO MEJOR.
ESTAR CONTIGO, ESTAR CONTIGO.
Una cosa te ruego, eso sólo te pido:
no dudar nunca de tu amor;
no dudar nunca de ti.
Estar contigo,
ESTAR CONTIGO.
¡LLÉVAME AL CIELO ...
Oh qué bueno, oh qué dulce
ha sido tu amor conmigo,
ha sido tu amor conmigo.
Oh qué bueno,
OH QUÉ DULCE.
¡LLÉVAME AL CIELO ...
Una cosa te ruego …
¡LLÉVAME AL CIELO ...
120

Paloma incorrupta

Himno inspirado en los Kontákia de san Romano el Meloda

Dios te salve, María,
radiante como el sol.
Tú nos muestras el camino;
esperanza de los confines de la tierra;
tú eres la sola Paloma incorrupta.
Está en ti toda la belleza del Espíritu;
gloria que en el mundo
hace bella la creación.
DIOS TE SALVE, MARÍA,
RADIANTE COMO EL SOL.
PALOMA INCORRUPTA;
REFUGIO DE LAS ALMAS DÉBILES;
ARCA DEL ESPÍRITU SANTO.
Dios te salve, María,
radiante como el sol.
Tú intercedes por todos los hombres;
tú eres el refugio de las almas débiles;
filacteria de la perfecta castidad;
arca perfumadísima del Espíritu Santo.
DIOS TE SALVE, MARÍA …
Dios te salve, María,
radiante como el sol.
A ti suplican todos los hombres;
a ti pedimos por la Iglesia,
dale nuevo vigor de gracia y santidad.
DIOS TE SALVE, MARÍA …
122

Por el amor de mis amigos

Salmo 122 (121)

Por el amor de mis amigos,
por el amor de mis hermanos,
déjame que yo te diga:
¡La paz contigo!
¡Qué alegría cuando me dijeron:
vamos a la Casa del Señor!
¡YA ESTÁN PISANDO NUESTROS PIES
TUS UMBRALES, JERUSALÉN!
JERUSALÉN, JERUSALÉN,
DE NUEVO REEDIFICADA.
JERUSALÉN, JERUSALÉN,
DE NUEVO REEDIFICADA.
JERUSALÉN, JERUSALÉN,
DE NUEVO REEDIFICADA.
JERUSALÉN, JERUSALÉN,
DE NUEVO REEDIFICADA.
Por el amor de mis amigos ...
… ¡La paz contigo!
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
SEGÚN LA COSTUMBRE DE ISRAEL
PARA CANTAR AL SEÑOR.
JERUSALÉN, JERUSALÉN …
Por el amor de mis amigos ...
… ¡La paz contigo!
Pedid la paz, pedid la paz
para Jerusalén:
¡QUE SEA LA PAZ, QUE SEA LA PAZ
CON TODOS LOS QUE TE AMAN!
JERUSALÉN, JERUSALÉN …
124

Por qué las gentes conjuran

Salmo 2

¿POR QUÉ LAS GENTES CONJURAN
POR QUÉ CONSPIRAN LOS PUEBLOS?
SE ALZAN LOS REYES DE LA TIERRA,
Y LOS PRÍNCIPES SE REÚNEN
CONTRA EL SEÑOR Y CONTRA SU MESÍAS.
«¡Rompamos sus coyundas y cadenas,
alejemos de nosotros su yugo!»
El que habita en los cielos se ríe,
el Señor se burla de ellos.
De repente les habla con ira,
y en su cólera los espanta:
«PORQUE YO LE HE CONSTITUIDO SOBERANO
EN SIÓN MI SANTO MONTE,
EN SIÓN MI SANTO MONTE.
YO LE HE CONSTITUIDO SOBERANO
EN SIÓN MI SANTO MONTE,
EN SIÓN MI SANTO MONTE.»
Anunciaré el decreto del Señor;
Él me ha dicho: «Tú eres mi hijo;
yo te he engendrado hoy.
Pídeme, y te daré en herencia las naciones,
y en dominio los confines de la tierra.
Los quebrantarás con cetro de hierro,
como vasos de arcilla los quebrarás.»
«PORQUE YO LE HE CONSTITUIDO …
Y ahora, soberanos, sed sensatos,
instruíos, jueces de la tierra.
Servid al Señor con temor,
y con temblor exultad.
No sea que se irrite
y perezcáis en el camino
porque de pronto se enciende su ira.
¡Mas dichoso el que se refugia en él!
«PORQUE YO LE HE CONSTITUIDO …
183

Plegaria Eucarística II - Modelo I (2ª parte)

El cual, cuando iba a ser entregado
a su Pasión, voluntariamente aceptada,
tomó el pan, y elevando los ojos a ti,
Padre, Padre, pronunció la bendición,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz, lleno del fruto de la vid,
y elevando los ojos a ti,
Padre, Padre, pronunció la bendición,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los pecados.
Haced esto como mi memorial.
Este es el sacramento de nuestra Fe.
ANUNCIAMOS TU MUERTE, SEÑOR,
PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN.
¡MARAN-ATHÁ! ¡MARAN-ATHÁ!
¡MARAN-ATHÁ!
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
Así, pues, Padre, al celebrar ahora
el memorial de la muerte
y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida
y el cáliz de salvación,
y te damos gracias porque nos haces dignos
de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
185

Plegaria Eucarística II - Modelo II

Modelo II (1987)

El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO
HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO.
Verdaderamente
es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias, siempre y en todo lugar.
A ti, Padre Santo, por Jesucristo,
tu amadísimo Hijo.
Por él, que es tu Palabra viviente,
hiciste todas las cosas;
tú nos lo enviaste Salvador y Redentor
hecho hombre por obra del Espíritu Santo,
y nacido de la Virgen María,
para cumplir tu voluntad
y adquirir para ti un pueblo santo,
Él extendió sus brazos en la cruz,
muriendo destruyó la muerte.
Y proclamó
la resurrección.
Y PROCLAMÓ
LA RESURRECCIÓN.
Por este misterio de salvación,
unidos a los ángeles y a los santos
cantamos a una sola voz
el himno de tu gloria:
SANTO, SANTO, SANTO ...
Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad:
santifica estos dones
con la efusión de tu Espíritu,
de manera que sean para nosotros
Cuerpo y Sangre de Jesucristo,
Nuestro Señor.
El cual, cuando iba a ser entregado
a su Pasión, voluntariamente aceptada,
tomó pan, dándote gracias,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz, y dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Este es el sacramento de nuestra fe.
ANUNCIAMOS TU MUERTE, SEÑOR,
PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN,
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
Así, pues, Padre, al celebrar ahora
el memorial de la muerte
y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida
y el cáliz de salvación,
y te damos gracias porque nos haces dignos
de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia
extendida por toda la tierra;
y con el Papa …,
con nuestro obispo …
y de todos los que en ella cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros hermanos
que durmieron en la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto
en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
San José su santo esposo, los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.