misterio

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Himno de la Ascensión

Himno de Laudes del tiempo Pascual, de la Ascensión a Pentecostés

EL BUEN PASTOR HA SUBIDO
A LA DERECHA DEL PADRE.
VELA EL PEQUEÑO REBAÑO
CON MARÍA EN EL CENÁCULO.
Del esplendor eterno
desciende el crisma profético,
que consagra a los apóstoles
en heraldos del Evangelio.
EL BUEN PASTOR …
Ven, oh divino Espíritu,
con tus santos dones
y transforma nuestros cuerpos
en el templo de tu santa gloria.
EL BUEN PASTOR …
Oh luz de eterna sabiduría
revélanos el gran misterio
del Dios Uno y Trino
fuente de eterno amor.
EL BUEN PASTOR …
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Secuencia del Corpus Christi

Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

Alaba, Sión, al Salvador,
él es tu guía y tu Pastor.
Alábalo con himnos y cantos.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES,
PAN DE LOS QUE HACEN CAMINO.
ESTE ES EL PAN DE LOS HIJOS.
Canta con todo fervor,
al pan vivo que da vida:
este es el tema del canto
y el objeto de alabanza.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
Ciertamente se donó,
al grupo de doce hermanos,
en fraterna y santa cena.
Esta es la fiesta solemne,
en la cual celebramos,
la primera y santa cena.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
Es el banquete del nuevo Rey,
la nueva Pascua y nueva Ley,
donde lo antiguo termina.
Lo antiguo se verá nuevo,
la realidad a la sombra;
¡Es todo luz, ya no hay tinieblas!
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
Cristo deja en su memoria,
lo que hizo en Santa Cena,
nosotros lo renovamos.
Obedientes a su palabra,
consagramos pan y vino,
¡Hostia de la salvación!
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
Es cierto a los cristianos,
que se transforma el pan en carne,
y que el vino se hace sangre.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
Tú no ves, tú no comprendes;
mas la fe te lo confirma
más allá de la razón.
Es signo lo que aparece,
y esconde un gran misterio,
una realidad sublime.
Comes carne, bebes sangre,
en las dos especies;
pero queda Cristo entero.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
El que come solo parte,
ni separa ni divide,
en tanto que lo recibe.
Que sean uno, que sean mil,
igualmente lo reciben
y nunca se consume.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
Buen pastor, pan verdadero
de nosotros ten piedad.
Danos los bienes eternos
en la tierra de los vivos.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
¡Oh, Señor, que todo sabes!
¡Oh, Señor, que todo puedes!
¡Que nos sacias en la tierra!
Conduce a tus hermanos
a la cena del cielo;
en el gozo de los santos.
ESTE ES EL PAN DE LOS ÁNGELES …
156

Veni creator

Himno de vísperas de Pascua, de la Ascensión a Pentecostés

VEN, ESPÍRITU CREADOR
VISITA NUESTRA MENTE;
LLENA DE TU AMOR
EL CORAZÓN QUE HAS CREADO.
Oh dulce consolador,
don del Padre altísimo,
agua viva, fuego, amor,
santo crisma del alma.
DEDO DE LA MANO DE DIOS,
PROMESA DEL SALVADOR,
DERRAMA TUS SIETE DONES,
SUSCITA EN NOSOTROS LA PALABRA.
Sé luz del intelecto,
llama ardiente en el corazón,
sana nuestras heridas
con el bálsamo de tu amor.
DEFIÉNDENOS DEL ENEMIGO,
DANOS EL DON DE LA PAZ.
TU GUÍA INVENCIBLE
NOS PRESERVE DEL MAL.
Oh Luz de eterna sabiduría,
desvélanos el gran misterio
de Dios Padre y del Hijo,
unidos en un solo amor.
AMÉN.
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Plegaria Eucarística II - Modelo II

Modelo II (1987)

El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO
HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO.
Verdaderamente
es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias, siempre y en todo lugar.
A ti, Padre Santo, por Jesucristo,
tu amadísimo Hijo.
Por él, que es tu Palabra viviente,
hiciste todas las cosas;
tú nos lo enviaste Salvador y Redentor
hecho hombre por obra del Espíritu Santo,
y nacido de la Virgen María,
para cumplir tu voluntad
y adquirir para ti un pueblo santo,
Él extendió sus brazos en la cruz,
muriendo destruyó la muerte.
Y proclamó
la resurrección.
Y PROCLAMÓ
LA RESURRECCIÓN.
Por este misterio de salvación,
unidos a los ángeles y a los santos
cantamos a una sola voz
el himno de tu gloria:
SANTO, SANTO, SANTO ...
Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad:
santifica estos dones
con la efusión de tu Espíritu,
de manera que sean para nosotros
Cuerpo y Sangre de Jesucristo,
Nuestro Señor.
El cual, cuando iba a ser entregado
a su Pasión, voluntariamente aceptada,
tomó pan, dándote gracias,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz, y dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Este es el sacramento de nuestra fe.
ANUNCIAMOS TU MUERTE, SEÑOR,
PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN,
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
Así, pues, Padre, al celebrar ahora
el memorial de la muerte
y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida
y el cáliz de salvación,
y te damos gracias porque nos haces dignos
de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia
extendida por toda la tierra;
y con el Papa …,
con nuestro obispo …
y de todos los que en ella cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros hermanos
que durmieron en la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto
en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
San José su santo esposo, los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
188

Plegaria Eucarística IV

(1988)

El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO
HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO,
ES JUSTO Y NECESARIO.
Realmente es justo darte gracias,
y deber nuestro glorificarte, Padre Santo,
porque tú eres el único Dios vivo y verdadero
que existes desde siempre y vives
para siempre; luz sobre toda luz.
Porque tú solo eres bueno y fuente de vida,
hiciste todas las cosas,
para colmarlas de tus bendiciones
y alegrar su multitud
con la claridad de tu gloria.
Por eso, innumerables ángeles en tu presencia,
contemplando la gloria de tu rostro,
te sirven siempre y te glorifican sin cesar.
Y con ellos también nosotros, llenos de alegría,
y por nuestra voz las demás criaturas,
aclamamos tu nombre cantando:
SANTO, SANTO, SANTO ...
Te alabamos, Padre Santo, porque eres grande,
porque hiciste todas las cosas
con sabiduría y amor.
A imagen tuya creaste al hombre
y le encomendaste el universo entero,
para que, sirviéndote a ti, su creador,
dominara todo lo creado.
Y cuando por desobediencia perdió tu amistad,
no lo abandonaste al poder de la muerte
sino que, compadecido,
tendiste la mano a todos,
para que te encuentre el que te busca.
Reiteraste, tu alianza a los hombres;
por los profetas los fuiste llevando
con la esperanza de la salvación.
Padre Santo, tanto amaste al mundo
que, al cumplirse la plenitud de los tiempos,
nos enviaste como salvador a tu único Hijo.
El cual se encarnó por obra del Espíritu Santo,
nació de María la Virgen,
y así compartió en todo,
nuestra condición humana,
menos en el pecado;
anunció la salvación a los pobres,
la liberación a los oprimidos
y a los afligidos el consuelo.
Para cumplir tus designios,
él mismo se entregó a la muerte
y, resucitando, destruyó la muerte.
RESUCITANDO,
DESTRUYÓ LA MUERTE
Y NOS DIO NUEVA VIDA.
Y para que no vivamos ya
para nosotros mismos, sino para él,
que por nosotros murió y resucitó,
envió, Padre, desde tu seno el Espíritu Santo
como primicia para los creyentes,
a fin de santificar todas las cosas
llevando a plenitud tu obra en el mundo.
Y este mismo Espíritu santifique, Señor,
estas ofrendas, para que sean Cuerpo
y Sangre de Jesucristo, Nuestro Señor,
y así celebremos el gran misterio
que nos dejó, como alianza eterna.
Porque él mismo llegada la hora en que había
de ser glorificado por ti, Padre Santo,
habiendo amado a los suyos que estaban
en el mundo, los amó hasta el extremo.
Y, mientras cenaba con sus discípulos,
tomó pan, te bendijo,
lo partió y se lo dio, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, tomó el cáliz
lleno del fruto de la vid y te dio gracias,
lo pasó a sus discípulos diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
porque este es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres,
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Este es el sacramento de nuestra Fe.
ANUNCIAMOS TU MUERTE, SEÑOR,
PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN,
¡VEN SEÑOR JESÚS!
Por eso, nosotros, Señor, al celebrar ahora
el memorial de nuestra redención,
recordamos la muerte de Cristo,
y su descenso al lugar de los muertos,
proclamamos su resurrección
y ascensión a tu derecha;
y mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos su Cuerpo y su Sangre,
sacrificio agradable a ti
y salvación para todo el mundo.
Dirige tu mirada sobre esta víctima
que tú mismo has preparado a tu Iglesia,
y concede a cuantos compartimos
este pan y este cáliz,
que congregados en un solo cuerpo,
por el Espíritu Santo,
seamos en Cristo, víctima para tu alabanza.
ALABANZA DE TU GLORIA.
ALABANZA DE TU GLORIA.
Acuérdate, Señor, de todos aquellos
por quienes ofreciste este sacrificio;
de tu servidor el Papa ...
de nuestro obispo ..., del orden episcopal
de todo el clero, de cuantos aquí reunidos
hacemos esta oblación,
de todo tu pueblo santo
y de aquellos que te buscan
con sincero corazón.
Acuérdate también de los que
murieron en la Paz de Cristo
y de todos los difuntos
cuya fe solo tú conociste.
Padre, misericordioso,
que todos tus hijos nos reunamos
en la heredad de tu reino.
con María, la Virgen Madre de Dios,
y con los apóstoles y los santos;
y allí, junto con toda la creación,
libre ya de pecado y de muerte,
te glorifiquemos por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo
todos los bienes.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti Dios Padre omnipotente
en la unidad del Espíritu Santo
todo honor y gloria,
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN, AMÉN.
192

Prefacio para Adviento y Navidad

Prefacio de Adviento II – Melodía para el tiempo de Adviento y Navidad

El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO
HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO,
ES JUSTO Y NECESARIO.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso
y eterno, por Cristo, Señor Nuestro.
A quien todos los profetas anunciaron,
la Virgen esperó con inefable amor de Madre,
Juan lo proclamó ya próximo
y señaló después entre los hombres.
El mismo Señor nos concede ahora
prepararnos con alegría,
al misterio de su nacimiento,
para encontrarnos así, cuando llegue,
velando en oración y cantando su alabanza.
Por eso, con los ángeles y arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
SANTO, SANTO, SANTO ...
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Himno a la Cruz gloriosa

De la homilía “La Santa Pascua” de un autor anónimo del siglo II

LA CRUZ GLORIOSA
DEL SEÑOR RESUCITADO
ES EL ÁRBOL DE LA SALVACIÓN.
DE ÉL YO ME NUTRO,
EN ÉL ME DELEITO;
EN SUS RAÍCES CREZCO,
EN SUS RAMAS YO ME EXTIENDO.
Su rocío me da fuerzas,
su espíritu, como brisa, me fecunda;
a su sombra he puesto yo mi tienda.
En el hambre es la comida,
en la sed es agua viva,
en la desnudez es mi vestido.
Angosto sendero, mi puerta estrecha,
escala de Jacob, lecho de amor
donde nos ha desposado el Señor.
LA CRUZ GLORIOSA …
En el temor es mi defensa,
en el tropiezo me da fuerzas;
en la victoria es la corona,
en la lucha ella es el premio.
Árbol de vida eterna;
misterio del universo;
columna de la tierra.
Tu cima toca el cielo
y en tus brazos abiertos
brilla el amor de Dios.
LA CRUZ GLORIOSA …
243

Himno a la Caridad

1ª Corintios 13,1-13

Aunque hablara las lenguas de los ángeles,
si no tengo amor, nada.
Aunque tuviera el don de profecía,
y conociera todos los misterios;
aunque tuviera plenitud de fe
y pudiera trasladar montañas,
si no tengo amor, nada.
Aunque repartiera
todos mis bienes a los pobres,
y entregara mi cuerpo a las llamas,
si no tengo amor, nada.
PORQUE EL AMOR,
EL AMOR, EL AMOR,
ES PACIENTE, ES SERVICIAL;
NO ES ENVIDIOSO,
NO SE JACTA, NO SE ENGRÍE;
ES DECOROSO;
NO BUSCA LO SUYO; NO SE IRRITA;
NO TOMA EN CUENTA EL MAL,
NO TOMA EN CUENTA EL MAL;
NO SE ALEGRA DE LA INJUSTICIA;
SE ALEGRA CON LA VERDAD.
TODO LO CREE.
TODO LO EXCUSA.
TODO LO ESPERA.
SOPORTA TODO, SOPORTA TODO.
PORQUE EL AMOR, EL AMOR,
PORQUE EL AMOR,
ES DIOS, ES DIOS, ES DIOS.
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Suba el esposo al leño de su tálamo

Himno de san Quodvultdeus

SUBA, EL ESPOSO,
SUBA, AL LEÑO DE SU TÁLAMO;
SUBA NUESTRO ESPOSO, AL LECHO,
AL LECHO DE SU TÁLAMO.
Duerma, muriendo y se abra su costado,
y salga la Iglesia virgen.
Herido en su costado al instante salió
Sangre y agua, Sangre y agua.
Agua, con la que la Esposa fue lavada,
Sangre que recibe como dote.
Duerme Adán y es creada Eva,
muere Cristo y es formada la Iglesia.
SUBA, EL ESPOSO …
¡Oh, qué grande el sacramento de estas bodas!
¡Qué misterio este Esposo y esta Esposa!
La Esposa toma el velo
cuando muere el Esposo,
y el Esposo se une a la Esposa
cuando de la muerte se separa.
Y cuando el Esposo es elevado a los Cielos
la Esposa se hace fecunda en toda la tierra.
SUBA, EL ESPOSO …
256

Tú eres mi esperanza, Señor

Oda XXIX de Salomón

Tú eres mi esperanza, Señor,
y no seré confundido.
Con tu gloria tú me has creado,
en la misericordia tú me has formado.
ME HAS SACADO DE LO PROFUNDO DEL SEOL,
DE LA BOCA DE LA MUERTE ME HAS ARRANCADO.
PORQUE HE CREÍDO EN TU MESÍAS
Y QUE ÉL ES EL SEÑOR HE CONFESADO.
Tú me has dado la señal grande,
el misterio escondido a los ángeles,
para hacer la guerra con tu palabra,
y volver victorioso de las naciones.
TÚ ERES MI ESPERANZA, SEÑOR,
Y NO SERÉ CONFUNDIDO.
ME HAS SACADO DE LO PROFUNDO DEL SEOL …