fruto

Aparece 21 veces en 17 canto(s)

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39

Ave María I

Lucas 1,28ss

Ave María,
llena de gracia,
el Señor es contigo,
Bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús.
SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS,
RUEGA POR NOSOTROS
QUE SOMOS PECADORES.
RUEGA AHORA
Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
40

Ave María II (1984)

Lucas 1,28ss

Ave María,
llena de gracia,
el Señor es contigo,
Bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús.
SANTA MARÍA,
MADRE DE DIOS,
RUEGA POR NOSOTROS
QUE SOMOS PECADORES.
RUEGA AHORA
Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE.
AMÉN.
45

Bendita eres tú, María

Lucas 1,42-45

Bendita eres tú, María,
entre todas las mujeres, María.
Bendito es el fruto, María,
el fruto de tu seno, Jesús.
¡María, tú has creído!
Y CÓMO ES QUE LA MADRE DEL SEÑOR
VIENE A MÍ, VIENE A MÍ.
Porque, apenas he sentido tu voz,
algo se ha movido dentro de mí,
mi niño ha exultado de gozo.
MARÍA, BENDITA MARÍA,
TÚ HAS CREÍDO
LA PALABRA DEL SEÑOR.
Y CÓMO ES QUE LA MADRE DEL SEÑOR …
Porque, apenas he sentido tu voz …
MARÍA, BENDITA MARÍA …
65

Dichoso el hombre

Salmo 1

DICHOSO EL HOMBRE
QUE NO SIGUE EL CONSEJO DE LOS IMPÍOS,
NI EN LA SENDA DE LOS PECADORES SE DETIENE
NI EN EL BANCO DE LOS BURLONES SE SIENTA.
MAS SE COMPLACE EN LA PALABRA DEL SEÑOR,
SUS SALMOS SUSURRA DÍA Y NOCHE.
Será como árbol plantado
junto a corrientes de agua,
SERÁ COMO ÁRBOL PLANTADO
JUNTO A CORRIENTES DE AGUA,
que da fruto a su tiempo,
nunca se marchitarán sus hojas;
todo lo que emprende le sale bien,
todo lo que emprende le sale bien.
¡No así los impíos, no así!
que son como la paja que se lleva el viento.
¡NO ASÍ LOS IMPÍOS, NO ASÍ!
QUE SON COMO LA PAJA
QUE SE LLEVA EL VIENTO.
No resistirán en el juicio los impíos,
ni los pecadores
en la comunidad de los santos.
Porque el Señor cuida el camino de sus fieles,
mas el camino de los impíos
acaba mal, acaba mal, acaba mal.
DICHOSO EL HOMBRE …
93

Improperios

De la Liturgia de la Adoración de la Cruz de Viernes Santo

¡OH PUEBLO MÍO, OH PUEBLO MÍO!
¿QUÉ MAL YO TE HE HECHO?
¿QUÉ MAL YO TE HE HECHO?
¿EN QUÉ TE HE CONTRISTADO?
RESPÓNDEME.
¿EN QUÉ TE HE CONTRISTADO?
Yo te he hecho salir de Egipto;
yo te he abierto el mar en dos partes;
yo te he liberado del Faraón
y tú, y tú, me has preparado la Cruz.
¡OH PUEBLO MÍO ...
Yo te he abierto un camino en el desierto;
yo te he alimentado con el maná;
te he introducido en la Tierra Prometida,
y tú, y tú, me has preparado la Cruz.
¡OH PUEBLO MÍO ...
¿Qué más he podido hacer por ti
que no haya hecho?
Yo te llamé “mi viña amada”,
y tú, y tú me has dado fruto amargo.
Hágios o Théos,
SANCTUS DEUS.
Hágios Ischyrós,
SANCTUS FORTIS.
Hágios Athánatos,
ELÉISON HIMÁS.
Sanctus et Inmortalis,
MISERERE NOBIS.
¡OH PUEBLO MÍO ...
96

La Salve

Himno

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, Abogada nuestra
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
el fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa!
¡Oh dulce virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Jesucristo, de Jesucristo.
Amén.
97

La siega de las naciones

Juan 4,31-38

Llegaron sus discípulos y le dijeron:
«Rabbí, come, Rabbí, come.»
Pero él les dijo: «Yo tengo para comer
un alimento que vosotros no conocéis:
mi alimento es hacer la voluntad
de aquel que me ha enviado
y llevar a cabo su obra.»
¿NO DECÍS VOSOTROS:
TODAVÍA CUATRO MESES
Y LLEGA YA LA SIEGA?
¿NO DECÍS VOSOTROS:
TODAVÍA CUATRO MESES
Y LLEGA YA LA SIEGA?
Pues bien, yo os digo:
alzad vuestros ojos y ved los campos
que ya blanquean para la siega,
que ya blanquean para la siega.
¿NO DECÍS VOSOTROS …
Ya se reúnen los segadores.
YA SE REÚNEN LOS SEGADORES,
y reciben el salario y recogen fruto
para la vida eterna,
PARA LA VIDA ETERNA.
¿NO DECÍS VOSOTROS …
Yo os he mandado a segar
lo que vosotros no habéis trabajado.
Otros se fatigaron y vosotros
os aprovecháis de su fatiga,
de modo que el sembrador
se alegra, se alegra con el segador.
¿NO DECÍS VOSOTROS …
138

Shlom-lej Mariam

Ave María en arameo antiguo

SHLOM-LEJ MARIAM,
MALIATH TAI BUTH.
MARAN, MARAN AMEJ,
MARAN, MARAN AMEJ.
Ave María, llena de gracia.
El Señor, el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu seno, Jesús.
SANTA, SANTA MARÍA,
MADRE, MADRE DE DIOS,
RUEGA, RUEGA POR NOSOTROS
QUE SOMOS, QUE SOMOS PECADORES.
María, no llores.
María, María, María.
¡Ayaay, ayaay, aay!
SANTA, SANTA MARÍA …
María, ayúdanos.
María, ayúdanos.
¡Virgen María!
¡Ay ay ay ay ay ay ay!
¡Ayúdanos!
SHLOM-LEJ MARIAM ...
154

Ven, Espíritu Santo

Secuencia de Pentecostés

VEN, ESPÍRITU SANTO,
ENVÍA UN RAYO DE TU LUZ.
Ven, padre de los pobres,
ven, luz del corazón.
Ven, consolador buenísimo,
dulce huésped del alma.
VEN, ESPÍRITU SANTO …
Ven, dulce refrigerio,
en la fatiga tú eres descanso;
en el calor tú eres nuestro alivio;
en el llanto eres consuelo.
VEN, ESPÍRITU SANTO …
Oh luz dichosísima
inunda de tu resplandor
lo íntimo del corazón de tus fieles,
llega hasta el fondo del alma.
VEN, ESPÍRITU SANTO …
Sin tu luz nada hay puro en el hombre,
nada hay inocente.
Mira la fuerza del pecado,
cuando tú no estás con nosotros.
VEN, ESPÍRITU SANTO …
Lava lo que está sucio,
riega lo que está árido,
sana lo que está enfermo.
Convierte al duro y al rígido.
VEN, ESPÍRITU SANTO …
Inflama lo que está tibio,
encamina al que se ha extraviado.
Danos tus siete dones,
danos tu amor y tu alegría.
VEN, ESPÍRITU SANTO …
Danos virtud y premio,
danos la alegría de la salvación,
danos una muerte santa,
danos el gozo eterno.
VEN, ESPÍRITU SANTO …
Danos sabiduría y entendimiento,
danos ciencia y piedad,
danos consejo y fortaleza,
danos el temor de Dios.
VEN, ESPÍRITU SANTO …
Danos tus santos frutos:
danos paciencia y bondad,
danos amor y alegría,
danos justicia y verdad.
VEN, ESPÍRITU SANTO …
167

Aleluya interleccional (I)

Con la música del “Aleluya, ya llegó el reino”

ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos.
El que permanece en mí y yo en él,
ése da fruto abundante.
ALELUYA ...
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos.
El que permanece en mí y yo en él,
ése da fruto abundante.
ALELUYA ...
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos.
El que permanece en mí y yo en él,
ése da fruto abundante.
ALELUYA ...
169

Antífona - versículo antes del Evangelio (II)

Aleluya interleccional Modelo I

Gloria a ti, oh Cristo,
Rey de eterna gloria,
Rey de eterna gloria.
GLORIA A TI, OH CRISTO,
REY DE ETERNA GLORIA,
REY DE ETERNA GLORIA.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos.
El que permanece en mí y Yo en él,
ése da fruto abundante.
GLORIA A TI, OH CRISTO …
Gloria al Señor, gloria al Señor,
gloria al Señor, gloria al Señor,
gloria al Señor.
GLORIA AL SEÑOR, GLORIA AL SEÑOR,
GLORIA AL SEÑOR, GLORIA AL SEÑOR,
GLORIA AL SEÑOR.
En el esplendor de la nube,
se oyó la voz del Padre:
«Este es mi hijo amado, escuchadle,
este es mi hijo amado, escuchadle.»
GLORIA AL SEÑOR …
183

Plegaria Eucarística II - Modelo I (2ª parte)

El cual, cuando iba a ser entregado
a su Pasión, voluntariamente aceptada,
tomó el pan, y elevando los ojos a ti,
Padre, Padre, pronunció la bendición,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz, lleno del fruto de la vid,
y elevando los ojos a ti,
Padre, Padre, pronunció la bendición,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los pecados.
Haced esto como mi memorial.
Este es el sacramento de nuestra Fe.
ANUNCIAMOS TU MUERTE, SEÑOR,
PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN.
¡MARAN-ATHÁ! ¡MARAN-ATHÁ!
¡MARAN-ATHÁ!
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
Así, pues, Padre, al celebrar ahora
el memorial de la muerte
y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida
y el cáliz de salvación,
y te damos gracias porque nos haces dignos
de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
188

Plegaria Eucarística IV

(1988)

El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS LEVANTADO
HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO,
ES JUSTO Y NECESARIO.
Realmente es justo darte gracias,
y deber nuestro glorificarte, Padre Santo,
porque tú eres el único Dios vivo y verdadero
que existes desde siempre y vives
para siempre; luz sobre toda luz.
Porque tú solo eres bueno y fuente de vida,
hiciste todas las cosas,
para colmarlas de tus bendiciones
y alegrar su multitud
con la claridad de tu gloria.
Por eso, innumerables ángeles en tu presencia,
contemplando la gloria de tu rostro,
te sirven siempre y te glorifican sin cesar.
Y con ellos también nosotros, llenos de alegría,
y por nuestra voz las demás criaturas,
aclamamos tu nombre cantando:
SANTO, SANTO, SANTO ...
Te alabamos, Padre Santo, porque eres grande,
porque hiciste todas las cosas
con sabiduría y amor.
A imagen tuya creaste al hombre
y le encomendaste el universo entero,
para que, sirviéndote a ti, su creador,
dominara todo lo creado.
Y cuando por desobediencia perdió tu amistad,
no lo abandonaste al poder de la muerte
sino que, compadecido,
tendiste la mano a todos,
para que te encuentre el que te busca.
Reiteraste, tu alianza a los hombres;
por los profetas los fuiste llevando
con la esperanza de la salvación.
Padre Santo, tanto amaste al mundo
que, al cumplirse la plenitud de los tiempos,
nos enviaste como salvador a tu único Hijo.
El cual se encarnó por obra del Espíritu Santo,
nació de María la Virgen,
y así compartió en todo,
nuestra condición humana,
menos en el pecado;
anunció la salvación a los pobres,
la liberación a los oprimidos
y a los afligidos el consuelo.
Para cumplir tus designios,
él mismo se entregó a la muerte
y, resucitando, destruyó la muerte.
RESUCITANDO,
DESTRUYÓ LA MUERTE
Y NOS DIO NUEVA VIDA.
Y para que no vivamos ya
para nosotros mismos, sino para él,
que por nosotros murió y resucitó,
envió, Padre, desde tu seno el Espíritu Santo
como primicia para los creyentes,
a fin de santificar todas las cosas
llevando a plenitud tu obra en el mundo.
Y este mismo Espíritu santifique, Señor,
estas ofrendas, para que sean Cuerpo
y Sangre de Jesucristo, Nuestro Señor,
y así celebremos el gran misterio
que nos dejó, como alianza eterna.
Porque él mismo llegada la hora en que había
de ser glorificado por ti, Padre Santo,
habiendo amado a los suyos que estaban
en el mundo, los amó hasta el extremo.
Y, mientras cenaba con sus discípulos,
tomó pan, te bendijo,
lo partió y se lo dio, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, tomó el cáliz
lleno del fruto de la vid y te dio gracias,
lo pasó a sus discípulos diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
porque este es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres,
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
Este es el sacramento de nuestra Fe.
ANUNCIAMOS TU MUERTE, SEÑOR,
PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN,
¡VEN SEÑOR JESÚS!
Por eso, nosotros, Señor, al celebrar ahora
el memorial de nuestra redención,
recordamos la muerte de Cristo,
y su descenso al lugar de los muertos,
proclamamos su resurrección
y ascensión a tu derecha;
y mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos su Cuerpo y su Sangre,
sacrificio agradable a ti
y salvación para todo el mundo.
Dirige tu mirada sobre esta víctima
que tú mismo has preparado a tu Iglesia,
y concede a cuantos compartimos
este pan y este cáliz,
que congregados en un solo cuerpo,
por el Espíritu Santo,
seamos en Cristo, víctima para tu alabanza.
ALABANZA DE TU GLORIA.
ALABANZA DE TU GLORIA.
Acuérdate, Señor, de todos aquellos
por quienes ofreciste este sacrificio;
de tu servidor el Papa ...
de nuestro obispo ..., del orden episcopal
de todo el clero, de cuantos aquí reunidos
hacemos esta oblación,
de todo tu pueblo santo
y de aquellos que te buscan
con sincero corazón.
Acuérdate también de los que
murieron en la Paz de Cristo
y de todos los difuntos
cuya fe solo tú conociste.
Padre, misericordioso,
que todos tus hijos nos reunamos
en la heredad de tu reino.
con María, la Virgen Madre de Dios,
y con los apóstoles y los santos;
y allí, junto con toda la creación,
libre ya de pecado y de muerte,
te glorifiquemos por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo
todos los bienes.
Por Cristo, con Cristo y en Cristo,
a ti Dios Padre omnipotente
en la unidad del Espíritu Santo
todo honor y gloria,
por los siglos de los siglos.
AMÉN, AMÉN, AMÉN, AMÉN.
213

El sembrador

Marcos 4,3ss

SALIÓ EL SEMBRADOR A SEMBRAR
Y UNA PARTE CAYÓ EN EL CAMINO.
Vinieron las aves, se la comieron,
se la comieron.
SE LA COMIERON.
SALIÓ EL SEMBRADOR A SEMBRAR
Y UNA PARTE CAYÓ EN LA PIEDRA.
Salió el sol, la secó, no había tierra.
NO HABÍA TIERRA.
SALIÓ EL SEMBRADOR A SEMBRAR
Y UNA PARTE CAYÓ EN EL ESPINO.
Creció la semilla, creció el espino, la sofocó.
LA SOFOCÓ.
SALIÓ EL SEMBRADOR A SEMBRAR
Y UNA PARTE CAYÓ EN LA TIERRA.
Y dio fruto, unos treinta, otros sesenta.
Y ALGUNOS CIENTO.
«El que tenga oídos
y quiera oír, que oiga.»
¡QUE OIGA!
No seas camino.
NO SEAS CAMINO.
No seas la piedra.
NO SEAS LA PIEDRA.
No seas espino.
NO SEAS ESPINO.
Que seas la tierra,
LA BUENA TIERRA,
donde Jesús pueda crecer,
DONDE JESÚS PUEDA CRECER.
236

Como lirio entre los cardos

Cantar de los Cantares 1,13ss

Como perfume de mirra
es mi amado, así es mi amado,
reposa sobre mi pecho.
Como lirio entre los cardos
es mi amada, así es mi amada,
mi amada entre las doncellas.
¡QUÉ BELLA ERES, AMADA MÍA,
QUÉ BELLA ERES, QUÉ BELLA ERES!
¡PALOMAS SON TUS OJOS,
PALOMAS SON TUS OJOS!
¡QUÉ HERMOSO ERES, AMADO MÍO,
QUÉ HERMOSO ERES, QUÉ DELICIOSO!
PURO VERDOR ES NUESTRO LECHO,
PURO VERDOR ES NUESTRO LECHO.
Como el manzano entre los árboles silvestres,
así es mi amado,
mi amado entre los jóvenes.
A su sombra que anhelaba
estoy sentada, y es dulce su fruto,
qué dulce al paladar.
ME HA INTRODUCIDO
EN LA SALA DEL BANQUETE,
Y LA BANDERA QUE ENARBOLA
SOBRE MÍ ES EL AMOR.
Su izquierda sobre mi cabeza,
y con su diestra me abraza.
YO OS CONJURO, HIJAS DE JERUSALÉN
NO DESPERTÉIS AL AMOR,
HASTA QUE A ELLA LE PLAZCA.
249

Me robaste el corazón

Cantar de los Cantares 4,9-16.5,1

ME ROBASTE EL CORAZÓN,
ME ROBASTE EL CORAZÓN,
HERMANA MÍA, ESPOSA,
ME ROBASTE,
ME ROBASTE EL CORAZÓN.
¡Qué hermosos tus amores,
qué hermosos tus amores!
¡La fragancia de tus perfumes,
más que todos los bálsamos de amor!
Miel destilan tus labios,
esposa mía, esposa mía.
Miel y leche debajo de tu lengua.
La fragancia de tus vestidos es la
fragancia del Líbano, esposa, esposa mía,
¡más sabrosos tus amores son que el vino!
Huerto eres cerrado, hermana mía,
fuente sellada, esposa mía.
Tus frutos un paraíso de granados,
de nardo y azafrán, de mirra y áloe.
¡Levántate cierzo, ábrego, y ven!
¡LEVÁNTATE CIERZO, ÁBREGO, Y VEN!
¡Sopla en mi huerto
para que exhale sus aromas!
¡SOPLA EN MI HUERTO
PARA QUE EXHALE SUS AROMAS!
Y pueda entrar mi amado en su huerto
y coma de sus frutos exquisitos.
Ya he entrado en mi huerto, esposa mía;
he comido mi miel en su panal,
he bebido mi vino con su leche.
¡Amigos, venid, bebed,
oh queridos y embriagaos!
¡AMIGOS, VENID, BEBED,
OH QUERIDOS Y EMBRIAGAOS!
ME ROBASTE EL CORAZÓN …
257

Ven del Líbano

Cantar de los Cantares 4,8ss

Ven del Líbano, esposa,
ven del Líbano, ven.
Tendrás por corona la cima de los montes,
la alta cumbre del Hermón.
Tú me has herido, herido el corazón.
¡Oh, esposa, amada mía!
Ven del Líbano, esposa,
ven del Líbano, ven.
BUSQUÉ EL AMOR DEL ALMA MÍA,
LO BUSQUÉ SIN ENCONTRARLO.
ENCONTRÉ EL AMOR DE MI VIDA,
LO HE ABRAZADO Y NO LO DEJARÉ JAMÁS.
Yo pertenezco a mi amado y él es todo para mí.
Ven, salgamos a los campos,
y nos perderemos por los pueblos.
Salgamos al alba a las viñas
y recogeremos de su fruto.
Yo pertenezco a mi amado y él es todo para mí.
BUSQUÉ EL AMOR DEL ALMA MÍA …
Levántate deprisa, amada mía,
ven, paloma, ven.
Porque el invierno ya ha pasado,
el canto de la alondra ya se oye.
Las flores aparecen en la tierra,
el fuerte sol ha llegado.
Levántate deprisa, amada mía,
ven, paloma, ven.
BUSQUÉ EL AMOR DEL ALMA MÍA …
Como un sello en el corazón,
como tatuaje en el brazo.
El amor es fuerte como la muerte,
las aguas no lo apagarán.
Dar por este amor
todos los bienes de la casa
sería despreciarlo.
Como un sello en el corazón,
como tatuaje en el brazo.
BUSQUÉ EL AMOR DEL ALMA MÍA …