esclavitud

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Bendición del agua

De Liturgia Bautismal de la Vigilia Pascual

Oh Dios, que por medio
de los signos sacramentales
tú obras con invisible potencia
las maravillas de la salvación.
De muchos modos a través de los tiempos
has preparado el agua, tu criatura,
para que fuese signo del Bautismo.
Desde los orígenes, tu Espíritu,
aleteaba sobre las aguas,
para que contuviesen
la fuerza de santificar.
Y también en el Diluvio
has prefigurado el Bautismo,
para que hoy, como ayer,
el agua señalase el fin del pecado
y el inicio de la Vida Nueva.
Tú, has liberado de la esclavitud
a los hijos de Abraham
haciéndoles pasar ilesos el Mar Rojo,
para que fuesen la imagen
del futuro pueblo de bautizados.
Por fin, en la plenitud de los tiempos,
tu Hijo, bautizado en el agua del Jordán
fue consagrado por el Espíritu Santo.
LEVANTADO EN LA CRUZ,
DE SU COSTADO SALIÓ
SANGRE Y AGUA.
Y después de su resurrección
ordenó a sus discípulos:
«Id y anunciad el Evangelio
a todos los pueblos,
Y BAUTIZADLOS
EN EL NOMBRE DEL PADRE,
Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO.»
Ahora, ahora Padre
mira con amor a tu Iglesia
y haz brotar para ella
la fuente del Bautismo.
Infunde en esta agua,
por obra del Espíritu Santo,
la gracia de tu Único Hijo,
para que por el Sacramento del Bautismo,
el hombre, hecho a tu imagen,
sea lavado de todos sus pecados,
y del agua y del Espíritu Santo
renazca como nueva criatura.
Descienda Padre
en esta agua,
por obra de tu Hijo,
la potencia del Espíritu Santo.
Para que todos aquellos que hoy reciban
el Bautismo, sean sepultados con Cristo.
¡Y MUERTOS CON ÉL,
RESURJAN,
RESUCITEN
A LA VIDA INMORTAL!
Por Cristo, Nuestro Señor.
AMÉN, AMÉN, AMÉN.
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Bendición penitencial

Oración conclusiva de acción de gracias para la Celebración Penitencial

El Señor esté con vosotros.
Y CON TU ESPÍRITU.
Levantemos el corazón.
LO TENEMOS
LEVANTADO HACIA EL SEÑOR.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
ES JUSTO Y NECESARIO,
ES JUSTO Y NECESARIO.
Realmente es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
glorificarte, siempre Señor,
que admirablemente has creado al hombre,
y más admirablemente has hecho en él
una nueva creación.
Tú, no abandonas al pecador,
sino que lo llamas por la fuerza de tu amor.
Tú, has enviado a tu Hijo al mundo,
para destruir el pecado y la muerte,
y en su resurrección
nos has devuelto la vida y la alegría.
Tú, nos renuevas por la fuerza del Evangelio
y de los Sacramentos.
Tú, has derramado el Espíritu Santo
en nuestros corazones,
para hacernos herederos e hijos tuyos.
TÚ, NOS LIBRAS
DE LA ESCLAVITUD DEL PECADO
Y NOS TRANSFORMAS DÍA A DÍA
EN LA IMAGEN DE TU HIJO.
Alabamos y bendecimos tu Nombre
y te damos gracias
por las maravillas de tu misericordia.
Y con los ángeles y los santos, cantamos,
cantamos el himno de tu gloria.
SANTO, SANTO, SANTO ...
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Consolad a mi pueblo

Isaías 40,1-11

CONSOLAD A MI PUEBLO,
Y HABLAD AL CORAZÓN DE JERUSALÉN
Y DECIDLE QUE SE ACABA SU ESCLAVITUD.
¡Ohey! Una voz en el desierto grita:
«preparad el camino, la senda al Señor.»
PORQUE EL SEÑOR VIENE CON POTENCIA,
TRAE CONSIGO EL PREMIO.
COMO EL PASTOR REÚNE SU REBAÑO;
LLEVA AL CORDERILLO EN SUS BRAZOS.
Como el pastor conduce con cuidado
las ovejas que van a ser madres;
como el pastor que lleva a sus hombros
la oveja perdida.
CONSOLAD A MI PUEBLO …
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Tú has cubierto de vergüenza la muerte

Homilía de Melitón de Sardes sobre la Pascua – Oficio de Lecturas de Jueves Santo

Tú has cubierto de vergüenza la muerte,
tú has llenado de luto el infierno.
Has golpeado la iniquidad,
has privado a la injusticia de sus hijos,
como Moisés al Faraón,
como Moisés al Faraón.
Tú nos has pasado
de la esclavitud a la libertad,
de las tinieblas a la luz,
de la muerte a la vida,
de la tiranía al reino eterno.
Tú eres la Pascua de nuestra salvación;
tú eres el cordero nacido de María.
MARÍA, CORDERA SIN MANCHA,
MARÍA, LA INOCENTE CORDERA.
Tú has sido asesinado en Abel,
tú fuiste atado en Isaac,
vendido en José,
abandonado sobre las aguas en Moisés,
perseguido en David
y despreciado en todos los profetas.
Tú eres el cordero que no abre boca;
tú eres el cordero nacido de María.
MARÍA, CORDERA SIN MANCHA …
Tú fuiste cogido del rebaño,
conducido al sacrificio, inmolado por la tarde,
sepultado en la noche; sobre la cruz
no te fue roto ningún hueso, ni en la tierra
experimentaste la corrupción.
Tú resucitando de la muerte
has hecho resurgir a la humanidad
de lo profundo del sepulcro.
Tú eres el cordero que no abre boca;
tú eres el cordero nacido de María.
MARÍA, CORDERA SIN MANCHA …